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El Pozo de Darvaza en Turkmenistán es conocido como "Las Puertas del Infierno

El Pozo de Darvaza es un vasto cráter de unos 69 metros de diámetro y 30 metros de profundidad que arde ininterrumpidamente desde al menos las décadas de los 70 u 80.

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Turkmenistán.- En Turkmenistán existe un misterioso cráter que nunca deja de arder, se llama El Pozo de Darvaza, pero es mejor conocido como "Las Puertas del Infierno".

Se afirma que el cráter conocido como las puertas del infierno, fue causado por la actividad humana, pero el origen del fuego que arde de manera constante durante más de 40 años sigue siendo desconocido.

Cuando hablamos de la antigua URSS y las quince nuevas naciones surgidas tras su disolución en 1991, raramente pensamos en aquellas que son más distantes y menos conocidas, como Turkmenistán.

Este país, ubicado en Asia Central y limitando con Irán, Afganistán, Uzbekistán y Tayikistán (dos últimas también ex repúblicas soviéticas), difiere significativamente del resto de los antiguos miembros de la URSS, especialmente de los europeos.

Esto no es sorprendente si consideramos que su capital, Asjabad, se encuentra a más de 3,000 kilómetros de Moscú, la capital de Rusia, o casi 4,000 kilómetros de San Petersburgo, más cercana a las antiguas repúblicas bálticas de Estonia, Letonia y Lituania, ahora miembros de la Unión Europea y más conocidas para el público en general.

A pesar de sus problemas de corrupción y pobreza, así como las dudas sobre su sistema democrático, Turkmenistán alberga uno de los fenómenos más extraordinarios del mundo: el Pozo de Darvaza, conocido como las puertas del infierno.

Situado en medio del desierto de Karakum, que abarca el 70% del territorio del país con sus 350,000 km², y a unos 260 kilómetros de la capital Asjabad, el Pozo de Darvaza es un vasto cráter de unos 69 metros de diámetro y 30 metros de profundidad que arde ininterrumpidamente desde al menos las décadas de los 70 u 80.

Es decir, lleva ardiendo durante al menos cuatro décadas, posiblemente más de 50 años según algunas versiones de la historia que se consideren válidas.

El origen de este enorme cráter y su fuego sigue siendo desconocido hasta el día de hoy, una incertidumbre que se ve exacerbada por la actual situación cerrada del país, que dificulta la investigación científica.

Por lo tanto, existen diversas versiones sobre su formación y el motivo del inicio de las puertas del infierno.

La incógnita de su origen

La versión que prevalece, aunque sin confirmación total, data de 1971, cuando geólogos soviéticos realizaban perforaciones en el desierto de Karakum, rico en petróleo y gas natural. Pensando que habían descubierto una gran reserva de petróleo en la zona ahora conocida como Darvaza, montaron equipos de extracción pesados sin percatarse de que se trataba de una bolsa de gas natural.

Al iniciar las perforaciones, el terreno colapsó debido al peso de la maquinaria, revelando una enorme cavidad subterránea de gas metano, apareciendo las puertas del infierno. Ante el riesgo, se decidió prender fuego a la reserva para quemar el metano en semanas, liberando dióxido de carbono de manera menos perjudicial que la liberación continua de metano.

Sin embargo, subestimaron la magnitud de la reserva, y el depósito ha continuado ardiendo durante décadas, sin ser un problema significativo debido a su ubicación remota. No obstante, no hay documentación oficial que respalde completamente esta versión, y otras historias sobre el origen del fenómeno no deben descartarse.

Según una versión reportada por la BBC, algunos geólogos turcomanos sugieren que las puertas del infierno pudo originarse en 1960 pero comenzó a arder veinte años después, en 1980. Incluso plantean la posibilidad de un origen natural, como un impacto de rayo.

El mismo medio menciona la posibilidad de que se haya utilizado la técnica de “flaring” en la zona, quemando excedentes de gas por motivos económicos y de seguridad.

En cualquier caso, el Pozo de Darvaza, conocido como las puertas del infierno, continúa ardiendo, con temperaturas internas alrededor de 400°C, siendo uno de los atractivos turísticos más importantes. A pesar de que se ha intentado apagar en numerosas ocasiones, sigue siendo imposible.

Con información de Cerebro Digital.

 

 

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