Por: Agencias Reforma
Monterrey, Nuevo León; 23 de abril.- Los socios fundadores del sampetrino Grupo Peak ya se esfumaron, al igual que el dinero de más de 100 inversionistas.
Ni siquiera los colaboradores de Peak, como Elías Castro, su director comercial, saben del paradero de Arturo de Jesús González Cantú y de su socio Víctor Hugo Sepúlveda, quienes borraron su rastro incluso en redes sociales, en las que presumían su vida de lujos y promovían reuniones con inversionistas en hoteles cinco estrellas de México y Estados Unidos.
En entrevista telefónica, el ahora ex director comercial añadió que ni siquiera los ex colaboradores de Peak saben si van a poder ingresar a las oficinas del grupo, situadas en la Avenida Manuel Gómez Morín 2005 en Residencial Chipinque Primer Sector.
“No nos han informado nada a nadie, tampoco sabemos con quién vamos a ver lo de nuestra liquidación. Había fotos de la vida que llevaban (González y Sepúlveda) en redes sociales, pero ya borraron todo, se esfumaron y estamos en el mismo barco que los clientes del grupo, ni liquidaron nada. Se esfumaron”, indicó Castro.
“Cada quien tendrá que ver lo que va a hacer, tenemos que asesorarnos bien y no hacer ninguna estupidez”.
Señaló que hay mucha preocupación por el tema entre los ahora ex colaboradores.
“Nadie sabe de ellos tras la asamblea virtual del 17 de abril, en la que un grupo de abogados de Torreón, que no se ni quiénes son, nos informó a los ahorradores y a colaboradores de Peak sobre la quiebra”.
El viernes, Grupo Reforma publicó que el fondo de inversión sampetrino captó desde hace tres años inversiones cercanas a los 800 millones de pesos, pero en forma repentina anunció a los inversionistas su quiebra en una asamblea virtual a la que convocó el 17 de abril.
En la asamblea ninguno de sus fundadores apareció y dos supuestos abogados de un despacho de Torreón, Ricardo Antonio Muñoz y Roberto Ríos, ofrecieron a los titulares de las cuentas un arreglo conciliatorio mediante el pago en especie o en espera a liquidar activos consistentes en terrenos en México y Estados Unidos o algunos tractocamiones.
A condición de proteger su identidad, una de las afectadas reveló que desde la información que les dieron vía zoom en la asamblea hay un “silencio absoluto” de todos los colaboradores de Peak.
“No ha habido comunicación, ni información adicional de parte de nadie hacia los clientes.
“Hay también total hermetismo de los abogados externos y el personal de la empresa quién sabe dónde estará, siendo que nos compartían sus celulares y correos que ahora nadie contesta”.
Con sarcasmo, la afectada consideró que quizá los colaboradores están muy ocupados respondiendo correos de los inversionistas que acepten el ofrecimiento de llegar a una conciliación, pues les dieron 72 horas para avisar si aceptarán la propuesta.
“De igual forma nadie sabemos con qué activos cuenta la empresa y en teoría el lunes el despacho fiscal informaría sobre éstos para negociar con las personas que hayan aceptado la conciliación, que yo no acepté, pues prefiero iniciar una denuncia”.
Castro reconoció que después de la asamblea dejó de acudir a las oficinas de Peak, por lo que desconoce la forma cómo van a liquidar tanto a ex colaboradores como a los inversionistas que confiaron sus fondos con la promesa de rendimientos de hasta 18 por ciento.
“Nosotros (los colaboradores) ya no estamos ahí, así que no sabemos cómo será la liquidación ni en nuestro caso y mucho menos en el de los inversionistas que ahorraron en el fondo”.
HDC
