Por Grupo Zócalo
Ciudad de México.- Un intenso temporal de lluvias azotó el martes a los países vecinos de Grecia, Turquía y Bulgaria, provocando inundaciones y tragedias en la región. Hasta el momento, se han confirmado al menos siete víctimas mortales como resultado de las intensas precipitaciones, incluyendo dos veraneantes arrastrados por un torrente que devastó un camping en el noroeste de Turquía.
El ministro turco del Interior, Ali Yerlikaya, informó que otras cuatro personas permanecen desaparecidas después de que una riada arrasara el camping en la provincia de Kirklareli, cerca de la frontera con Bulgaria. Según Yerlikaya, aproximadamente 12 turistas se encontraban en el lugar cuando las aguas repentinamente inundaron la zona. Hasta ahora, se han localizado dos cadáveres, mientras que los equipos de búsqueda y rescate continúan sus esfuerzos para encontrar a los desaparecidos.
Las imágenes de televisión mostraron a equipos de rescate sacando a una niña y a un adulto de las aguas, que en algunas áreas alcanzaban la altura de la cintura. Además, las lluvias han dañado y forzado el cierre de una importante carretera, según informó la televisión HaberTurk.
En Estambul, la ciudad más grande de Turquía, las fuertes lluvias inundaron calles y viviendas en dos barrios, causando al menos dos muertes, de acuerdo con un comunicado de la oficina del gobernador. Varios individuos fueron rescatados después de quedar atrapados en una biblioteca, y algunas estaciones de metro tuvieron que cerrarse. El gobernador de Estambul, Davut Gul, instó a los conductores a quedarse en casa.
En Grecia, la policía prohibió el tráfico en la ciudad de Volos, en la región montañosa cercana de Pilion y en la isla turística de Skiathos debido a las precipitaciones récord que provocaron al menos una muerte y causaron inundaciones en las calles, con niveles de agua que llegaron hasta los muslos. Bomberos reportaron que un hombre falleció cerca de Volos cuando una pared colapsó sobre él, y cinco personas están desaparecidas, posiblemente arrastradas por las aguas.
Las autoridades emitieron alertas por teléfono móvil en otras áreas del centro de Grecia, las islas Espóradas y la isla de Eubea, instando a la población a limitar sus actividades al aire libre debido a las condiciones peligrosas. Los arroyos se desbordaron, arrastrando coches al mar en la zona de Pilion, mientras que deslizamientos de rocas bloquearon carreteras y causaron cortes de electricidad. Como medida de precaución, las autoridades evacuaron una residencia de ancianos en la ciudad de Volos.
El servicio meteorológico griego informó que un pueblo en la región de Pilion recibió 75.4 centímetros (casi 30 pulgadas) de lluvia durante el martes, siendo el nivel más alto registrado desde al menos 2006. Comparativamente, la precipitación media anual en la región de Atenas es de aproximadamente 40 centímetros (15.75 pulgadas). El ministro de Crisis Climáticas y Protección Civil, Vassilis Kikilias, anticipó que se espera un alivio en las intensas lluvias después del mediodía del miércoles, aconsejando a los habitantes de las áreas afectadas que permanezcan en sus hogares.
Esta tormenta se suma a los devastadores incendios forestales que han azotado a Grecia en las últimas semanas, algunos de los cuales han estado activos durante más de dos semanas, destruyendo vastas extensiones de bosques y tierras de cultivo y cobrando la vida de más de 20 personas. El Primer Ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, atribuyó tanto los incendios forestales como las tormentas al cambio climático, al tiempo que reconocía que el gobierno no había gestionado adecuadamente la situación de los incendios forestales.
En un tono preocupado, Mitsotakis declaró: “Me temo que los veranos como los conocíamos están desapareciendo y, a partir de ahora, los próximos veranos serán cada vez más difíciles”.
Más al norte, en Bulgaria, el Primer Ministro Nikolay Denkov informó que dos personas perdieron la vida y otras tres están desaparecidas tras una tormenta que causó inundaciones en la costa meridional del Mar Negro. El desbordamiento de los ríos causó graves daños en carreteras y puentes, además de cortes de energía eléctrica. Las autoridades advirtieron a los residentes que no bebieran agua del grifo debido a la contaminación causada por las inundaciones.
Fuertes vientos provocaron olas de hasta 2 metros que azotaron las playas de los centros turísticos en medio de las lluvias torrenciales, lo que resultó en la dramática escena de coches y caravanas siendo arrastrados hacia el mar en la ciudad turística de Tsarevo, la más afectada en la región. En respuesta a la emergencia, las autoridades declararon el estado de emergencia en Tsarevo y exhortaron a la población a refugiarse en sus hogares, ya que algunas plantas bajas de hoteles quedaron inundadas.
