Por FRANCISCO VARGAS M.
El joven aguascalentense Leo Valadez, en su destacada actuación que tuvo este domingo 21 de mayo, en la Plaza “Las Ventas” de Madrid, ha cortado una oreja de enorme peso, mostrando además ante la conocedora afición, un marcado crecimiento taurino, quedándose cerca de abrir la tan deseada ‘Puerta Grande’, misma que continúa en espera para un torero mexicano, después de 51 años que lo hiciera el maestro Eloy Cavazos. Por su parte el de Linares, Adrián de Torres quien sustituyó al granadino David Fandila “El Fandi”, dio vuelta al ruedo en su primero y palmas en el otro; y el francés Juan Leal escuchó palmas en ambos.
En lo que fue el undécimo festejo de la Feria de ‘San Isidro’ 2023, ante una asistencia de 18, mil 067 espectadores en la Plaza “Las Ventas” de Madrid, clima un tanto frío, con llovizna antes del inicio del festejo y algunas ráfagas de viento; se jugaron toros de la ganadería de Fuente Ymbro, bien presentados que cumplieron en varas. Primero con un lado derecho complicado; segundo, falta de raza, con medias embestidas y bravucón; tercero bravo con clase y
transmisión, palmas en el arrastre: cuarto, pronto, le faltó fuerza, tirando el tornillazo; quinto, con buenos matices con ligeras palmas en el arrastre; sexto, poca fuerza debido al golpe que se dio en tablas.
ADRIÁN DE TORRES (Palo de Rosa y Oro)
El abre plaza fue “Mimoso”, lo lanceó de buena manera por el izquierdo, siendo prendido de fea manera al momento de tratar de hacer su quite, tomando su turno Juan Leal por tafalleras. Inició con estatuarios y ante un toro complicado por el derecho que se colaba, le arrancó meritorios pases a base de firmeza y valor, siendo mejores sus pases por el izquierdo, sin escaparse de ser levantado en dos ocasiones quedando en un susto y gran paliza. Un aviso y estocada entera efectiva para petición de oreja que no le fue concedida, dando una vuelta al ruedo más que justa, pasando enseguida a la enfermería para ser revisado, encontrándole un traumatismo en la rodilla izquierda y en tobillo derecho.
“Patrullero”, salió con la cara suelta por lo que con capa bregó para fijarlo, quitando de manera breve por gaoneras, saliendo al tercio Curro Javier tras lucirse en banderillas. En lo que toca con muleta, un toro pronto que le faltó fuerza y tiraba el tornillazo mismo que rodó por la arena, a base de respetarle las alturas, trazó pases por ambos lados gracias a su aguante, valor sereno y entrega. Un aviso, pinchazo y estocada atravesada recibiendo palmas de aliento.
JUAN LEAL (Azul Rey y Oro)
Al segundo del festejo “Sacacuartos”, con capa en su inicio abrevió, rodillas en tierra por alto, comenzó su labor muleteril de empeño y esfuerzo, a un astado con genio, bravucón y de medias embestidas, sacando pases de enorme voluntad a base de firmeza. Media estocada atravesada, un golpe de descabello y silencio.
Su segundo quien llevó también el nombre de “Sacacuartos”, abrevió con capa, quitando, tomando su turno Leo por vistosas caleserinas; respondiendo Leal por gaoneras. En el centro del ruedo de hinojos rodillas en tierra con pase cambiando por la espalda y derechazos perdiendo el engaño comenzó su labor muleteril, misma que fue de disposición, pero sin calar en el tendido con un toro que no se empleó y que tiraba el derrote en el último tiempo del muletazo, concluyendo, acortando las distancias entre algunas protestas de un sector del respetable y ajustadas manoletinas. Se fue por derecho en la suerte suprema, siendo prendido de fea manera sufriendo una verdadera paliza, dejando media estocada tendida trasera escuchando un aviso y palmas.
LEO VALADEZ (Verde Botella y Oro)
Su primero fue “Trasmallo”, número 45, con 549 kilos, lo recibió con verónicas a pies juntos, quitando de manera vistosa por crinolinas, creación del diestro tapatío Eliseo Gómez ‘El Charro’. Con un vibrante grito de ¡Viva
México! comenzó su faena por bajo, pase a media altura, desdén y de pecho; siguiendo con tandas por el derecho mano baja, intercalando adornos como fueron cambio de mano por delante. Por el izquierdo el toro se colaba, por lo que prosiguió con diestra, en pases igualmente de temple y largueza rematando con el de pecho pitón a rabo; cerrando con apretadas manoletinas rodillas en tierra. Con determinación se fue tras el acero, siendo prendido sin consecuencias dejando una estocada poco desprendida, teniendo mayoritaria petición de oreja que le fue otorgada de manera justa y por demás merecida.
El cierra plaza fue el cinqueño “Ibicenco”, número 152, con 554 kilos, al que bregó para fijarlo y después de dos buenos puyazos de Alberto Sandoval, quitó Leo por ajustadísimas y estrujantes zapopinas, mismas que cerró con media de pintura; sufriendo un fuerte golpe el toro en tablas al hacer hilo, cuando se cubría el tercio de banderillas, mismo que le afectó bastante en su condición y fuerza. Brindó de manera afectiva a Pepín Monje, estando con enorme empeño con un toro que le costaba embestir por la falta de fuerza debido al golpe sufrido y mencionado con anterioridad, sacando pases muy templados y aseados por ambos perfiles, que le fueron reconocidos, siendo los últimos de ellos metido entre los pitones, pasaportando al toro de estocada efectiva para recibir calurosa ovación.
