La tormenta causó importantes daí±os materiales y cortes de electricidad en Reino Unido, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Dinamarca y Alemania.
Por: ExcélsiorÂ
LaÂ
tormenta Eunice, que ya dejó al menosÂ
13 muertos, importantesÂ
daí±os materiales yÂ
cortes de electricidad, seguía barriendo este sábado el noroeste deÂ
Europa, conÂ
fuertes ráfagas previstas en la costa alemana.
LaÂ
tormenta se formó enÂ
Irlanda y pasó por partes delÂ
Reino Unido el viernes, luego por el norte deÂ
Francia,Â
Bélgica,Â
Holanda yÂ
Luxemburgo antes de continuar haciaÂ
Dinamarca yÂ
Alemania, donde el tercio del norte del país fue puesto enÂ
alerta roja este sábado.
Hay riesgo de ráfagas con fuerza de tormenta severa (nivel 3 de 4) Ráfaga máxima: 100-115 km/h", advirtió el servicio meteorológico alemán, alertando del riesgo de árboles arrancados, caída de ramas y daí±os en los tejados.
Manténganse alejados en particular de edificios, árboles, andamios y líneas eléctricas. Si es posible, eviten quedarse fuera, recomendó.
La tormenta dejó un rastro de devastación a su paso y provocó grandes trastornos.
Cientos de vuelos, trenes y transbordadores han sido cancelados en todo el noroeste de Europa a causa de los vientos de
 Eunice, menos de 48 horas después de que la tormenta
 Dudley matara al menos a seis personas en Polonia y Alemania.
Por el momento, se han notificado 13 muertes debidas a Eunice: dos en Polonia y Alemania, cuatro en Holanda, tres en Inglaterra, una en Bélgica y una en Irlanda.
Muchas de estas muertes fueron causadas por la caída de árboles sobre los vehículos.
Una mujer muestra las afectaciones provocada por un árbol caído en ímsterdam. (Foto: AFP)
En Holanda, decenas de casas fueron evacuadas en la capital, La Haya, ante el temor de que la torre de una iglesia se derrumbara.
La red ferroviaria neerlandesa quedó interrumpida y los servicios del tren ímsterdam-Bruselas se interrumpieron, aunque un portavoz dijo que se reanudarían por la tarde.
Según la oficina meteorológica británica, es probable que las operaciones de limpieza se vean perturbadas por un nuevo vendaval, menos fuerte, que se espera en algunas zonas del Reino Unido. Al menos 400 mil hogares seguían sin electricidad en el país este sábado.
En Polonia, había 194 mil personas sin electricidad, según las autoridades locales, y varias conexiones ferroviarias están suspendidas.
Casi 200 km/h
En Inglaterra se registró una ráfaga sin precedentes de 196 km/h en la isla de Wight, mientras que hubo otras en tierra firme de más de 110 km/h, también en el aeropuerto londinense de Heathrow.
El servicio meteorológico británico emitió una alerta roja -el nivel más alto- para el sur de Gales y el sur de Inglaterra, incluido Londres.
Es la primera vez que la capital británica alcanza este nivel de alerta desde que se introdujo el sistema en 2011.
En el norte de Francia, unas 30 personas resultaron heridas en accidentes de tráfico relacionados con el viento, las caídas o el desprendimiento de materiales.
Una gran marejada arrastrada por los fuertes vientos de 'Eunice'Â golpea un rompeolas en Gales. (Foto: AFP)
Alrededor de 75 mil hogares estaban sin electricidad este sábado y algunos enlaces ferroviarios regionales quedaron interrumpidos.
Las fuertes rachas de viento unidas a las altas mareas hacen temer inundaciones, sobre todo porque el sábado se esperaban fuertes lluvias.
El tráfico de transbordadores a través del Canal de la Mancha se vio interrumpido, cientos de vuelos fueron cancelados el viernes y el transporte por carretera y ferrocarril también se vio afectado en varios países.
En Francia, se registraron olas de más de nueve metros en Bretaí±a (oeste), así como rachas de viento de hasta 176 km/h en el cabo Gris-Nez (norte).
Aunque se sabe que el cambio climático aumenta y multiplica en general los fenómenos extremos, no está tan claro en el caso de los vientos y las tormentas (excluyendo los ciclones), cuyo número varía mucho de un aí±o a otro.
El último informe de los expertos en clima de la ONU (IPCC), publicado en agosto, estima, con un grado de certeza muy bajo, que puede haber aumentado el número de tormentas en el hemisferio norte desde la década de 1980.