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Vendedor desesperado tira sus algodones de azúcar al no llevar ni uno vendido

“Me quedé pensando en lo que pudo sentir, de que no llevaría comida a casa o no tendría para un regalo para sus hijos”, dice la publicación.

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“Me quedé pensando en lo que pudo sentir, de que no llevarí­a comida a casa o no tendrí­a para un regalo para sus hijos”, dice la publicación.

Por Grupo Zócalo

Ciudad de México.- Las redes sociales han sido un gran aliado para ayudar a personas que se dedican a vender diversos productos y que hay dí­as que les va mal en sus ventas, pues alguien publica su historia y una imagen o video y pronto reciben una buena respuesta y se acaban sus productos. En Tamaulipas ocurrió un caso: un hombre desesperado por no vender nada tiró toda su mercancí­a.

La historia es relatada por una usuaria de Facebook, ocurrió en Reynosa en ví­spera de Navidad. Cuenta que estaba en una calle cuando vio a un seí±or que vendí­a algodón de azúcar y él ofreció su producto a ella y otras personas, sin embargo nadie le compró.

El hombre se dio la vuelta, dio unos pasos y luego azotó contra el suelo los algodones de azúcar, brincó sobre ellos y después se recargó en la pared.

“Este seí±or en la noche del 23 de diciembre ofreciendo algodones, y después que me ofreció a mi y otras personas y le dijimos que no, caminó y azotó el palo contra la calle, brincando arriba de ellos desesperadamente”.

Tal vez, el vendedor sacó su desesperación pues no llevaba nada vendido en todo el dí­a. Luego recogió los que estaban en buen estado y se cruzó la calle para seguir con su venta.

“Después de recargarse en la pared recogió los que habí­an quedado intactos y se cruzó de nuevo a la avenida. Claro, después de recapacitar le compramos los del piso y nos dijo que no habí­a vendido nada en el dí­a”.

Al final, la usuaria hace una reflexión sobre las personas que venden productos en la calle y lo importante que es para ellos obtener algunas monedas.

“A veces no sabemos lo mucho que ayudamos al comprar un algodón de azúcar… Me quedé pensando en lo que pudo sentir, de que no llevarí­a comida a casa o no tendrí­a para un regalo para sus hijos al dí­a siguiente o medicamentos o qué sé yo. Compremos y ayudemos a los que más necesitan, son personas que trabajan, no que piden dinero sin hacer nada”.

Información de Milenio
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