
La Iglesia fustigó que en "un país de pobres" los diputados traten el ser servidor público como "un filón de oro y manantial de inmorales e insultantes riquezas".
Por: Proceso
Ciudad de México.- La Arquidiócesis de México calificó como âescandalosos e insultantesâ los bonos de fin de aí±o otorgados a legisladores y funcionarios, y pidió replantear el servicio público y revisar las condiciones de la distribución de la riqueza.
En su editorial del semanario Desde la Fe, la Iglesia católica fustigó las asignaciones de bono de fin de aí±o de los legisladores y funcionarios públicos, que van de 140 mil a 586 mil pesos, a pesar de tener âun país de pobresâ, donde el salario mínimo sólo aumentó siete pesos.
âA fines de aí±o surgen noticias de pagos escandalosos de aguinaldos y bonos para legisladores y funcionarios. Y esto demuestra cómo debemos replantear el significado del servicio público al ser una labor para el bien del país, no filón de oro y manantial de inmorales e insultantes riquezasâ, indica el editorial titulado âLos inmoralesâ.
Si bien las leyes âgarantizan que los salarios sean justos para satisfacer las necesidades básicas de la familias mexicanasâ, hay âserias divergencias que deberían interpelarnos si queremos alcanzar mejores condiciones de justicia económicaâ, agrega la publicación.
La arquidiócesis recordó que los representantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) aprobaron en noviembre pasado un aumento al salario de los trabajadores, al pasar de 77.04 a 80.04 pesos diarios, es decir, un alza del 3.9 por ciento.
Consideró que en nuestro país deben revisarse las condiciones de equidad y de distribución de la riqueza para que los salarios sean justos para satisfacer las necesidades básicas de las familias mexicanas.
Destacó que mientras hubo âdrásticos recortesâ presupuestales a ramos tales como el campo, desarrollo social, ciencia y tecnología, salud y cultura, no se siguió la misma tendencia a ciertas prestaciones de los servidores.
âEl mismo presupuesto aprobado por los diputados no movió ni un peso a estas prestaciones frente a un país de pobres. Por ejemplo los senadores gozarán de una recompensa de fin de aí±o de 234 mil 330 pesos; los diputados de 140 mil 504 pesos; el auditor superior de la federación 404 mil 278 pesos; ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación 586 mil 356 pesosâ.
El editorial refiere que âestás altísimas cifras no es ocioso. Demuestran cómo estás escandalosas recompensas de fin de aí±o son sólo la punta del iceberg del cúmulo de beneficios anuales que rebasan los límites de este espacio editorialâ.