
Ciudad de México; 23 de mayo.- Una corte de apelaciones en Estados Unidos negó la solicitud de Javier Vásquez Velasco para revisar su condena, lo que frena cualquier posibilidad de que obtenga su libertad tras más de tres décadas en prisión. Vásquez es el último mexicano encarcelado en relación con el asesinato del agente encubierto Enrique “Kiki” Camarena, ocurrido en 1985 en Guadalajara, Jalisco.
El ex policía fue condenado en 1990 a dos cadenas perpetuas por su participación en el homicidio de dos turistas estadounidenses que, según las investigaciones, fueron confundidos con agentes de la DEA y atacados brutalmente en el restaurante La Langosta.
En su intento por revertir el fallo, Vásquez alegó que habían surgido nuevas pruebas, entre ellas el contenido del documental The Last Narc, disponible en Amazon Prime, y libros como El Último Narco, del exagente de la DEA Héctor Berrellez, quien asegura que Camarena fue víctima de una conspiración entre agentes estadounidenses y miembros del Cártel de Guadalajara.
No obstante, la Corte del Noveno Circuito, con sede en California, consideró que los argumentos presentados no cumplían con los requisitos del Título 28, sección 2255, que establece que deben presentarse pruebas claras y convincentes que demuestren inocencia real. Según el tribunal, ni el documental ni las declaraciones de excolaboradores del cártel contradicen de forma contundente las evidencias que lo llevaron a prisión.
El juez John A. Kronstadt, del Distrito Central de California, concluyó que las pruebas ofrecidas por Vásquez —incluidos testimonios nuevos y presuntas irregularidades en el juicio original— no exoneran directamente al acusado ni desmontan su participación en los asesinatos.
Por ahora, Vásquez continuará preso en el Complejo Correccional Federal de Victorville, California, siendo el único detenido que permanece tras las liberaciones previas de otros implicados por supuestas fallas procesales.
Esta decisión ocurre en un contexto en el que Rafael Caro Quintero, señalado como autor intelectual del crimen, fue extraditado a Estados Unidos y enfrenta cargos en Nueva York, aunque no por el caso específico de La Langosta.
Las víctimas de ese ataque, Alberto Radelat y John Walker, eran civiles estadounidenses que se encontraban en Guadalajara cuando fueron atacados por miembros del cártel. Sus muertes marcaron una escalada en la tensión entre ambos países y desencadenaron una ofensiva contra el narcotráfico que aún resuena en los tribunales.
- v c f