
Ciudad de México.- Hace 30 años la noticia del asesinato de Selena Quintanilla Pérez conmocionó al mundo.
En ese entonces, la tranquila ciudad texana de Corpus Christi se vio alterada con esta tragedia, pues diferentes medios de comunicación de Estados Unidos y México, así como reporteros de las principales agencias informativas, arribaron al lugar ese 31 de marzo de 1995 para la cobertura de su deceso.
Desde hace tres décadas esta ciudad en Texas es el lugar donde se reúnen fans de la “Reina del Tex-Mex” de diferentes partes del mundo para recordarla, y ayer, en el 30 aniversario luctuoso, no podía ser la excepción.
Procedente de Puebla, Víctor Manuel González, de 34 años, viajó con la camiseta bien puesta junto a otros amigos. En su mano traía un disco que recién había adquirido en Target, y flores que dejó en la tumba de la cantante, en el Seaside Memorial Park donde descansan sus restos.
“Yo vengo de Queens; volé cuatro horas de Nueva York a Houston, y después manejé otras cuatro horas para llegar aquí”, afirmó Brittany Figueroa, una norteamericana de 31 años, ferviente admiradora que también llegó con flores blancas para su “reina”.
La influencia de Selena en las nuevas generaciones queda claro al ver a varios niños, jóvenes y adultos haciendo el recorrido en la tierra donde creció y murió la cantante nacida en Lake Jackson, Texas.
Dicho recorrido incluye la visita al Museo de Selena, ubicado en las oficinas de Q Productions, y el Paseo de la Flor, donde está instalada la estatua de Selena en bronce.
Este lugar, ubicado en la Avenida Shoreline, situado sobre la bahía, está abierto a todo el público y puede ser visitado día y noche.
Este lunes fue el sitio donde diferentes medios locales transmitieron en vivo en su cobertura por el aniversario.
Otros fans, los de hueso colorado, investigan dónde vivió Selena sus últimos años, y llegan hasta el Barrio de Molina, donde la casa sigue casi intacta. Aunque ya no pertenece a los Quintanilla.
“Una amiga rentó un carro y nos hemos movido para hacer el recorrido”, señaló Víctor Manuel.
Su fatídico final
Yolanda Saldívar, a quien días atrás le negaron la libertad condicional y permanecerá en una prisión en Gatesville, Texas, citó a Selena con la excusa de que entregaría documentos con lo que comprobaría un faltante de dinero en los negocios de la artista, razón por la que había sido despedida por los Quintanilla.
Tras una discusión en la habitación 158 del Motel Days Inn (que ya cambió de nombre), ubicado en 901 de Navigation Boulevard, Yolanda activó un revólver Taurus calibre .38, y le disparó a Selena.
A las 13:05 del 31 de marzo de 1995 la cantante fue declarada muerta.
La tragedia provocó que miles de fans de la “Reina del Tex-Mex” llegaran a Corpus Christi, por eso se batallaba para encontrar habitaciones disponibles después del lamentable suceso.
También había confusión de dónde y cuándo serían los servicios funerarios de la cantante.
En 1995 no se contaba con la red de internet o teléfonos inteligentes, por lo que acudimos al periódico Corpus Christi Caller-Times para enviar material fotográfico e información que al día siguiente el lector vería publicada en México.
“Acuérdate que se tardaban horas en mandar las fotos, las escaneaban”, recuerda la fotógrafa Martha Álvarez, quien también fue parte de la cobertura de Grupo Reforma.
“Y a mí me interesaba mandar las fotos porque sólo el medio de ahí (Caller-Times) y yo entramos cuando se abrió la caja (féretro). Y luego la cerraron”, agregó Álvarez.
Para los fans también fue toda una odisea, pues luego de dos días de intentar ver a Selena, los más de 3 mil admiradores que llegaron se tuvieron que conformar con desfilar ante su ataúd cerrado que fue colocado en el Bayfront Convention Center.
La caja con el cuerpo de la intérprete estuvo abierta sólo en el velorio familiar e íntimo que se realizó previamente en el Seaside Funeral Park.
EQE