Piedras Negras, Coah.- Reconocida en 1988 con la medalla al mérito Ignacio Manual Altamirano por su trabajo en educación, entre muchos otros logros en su vida, la maestra Rosa Elba Aguirre González celebró este martes 1 de abril su cumpleaños número 100 entre muestras de apoyo y cariño de su familia.
El escritor e historiador nigropetense Ramón Carrillo, aprovechó la ocasión para platicar con ella un poco sobre vida y honrar su trayectoria en bien de la niñez y juventud mexicana.
Entrevista:
RC = Ramón Carrillo
RC: Maestra, ¿qué recuerda del Piedras Negras que se fue?
Recuerdo que nací en está casa y después de 100 aquí vivo. Los domingos íbamos a la Iglesia de Guadalupe, allí me bautizaron, hice la primera comunión,me casé y bautizamos a nuestros hijos. Después de misa íbamos al Teatro Acuña, al matinée; iba con mis amigas Argentina Velasco, Lucha Guajardo, y Zapopan Barrera, ella vivía en la colonia Americana. Los fines de semana iba con mi mamá a Sabinas en tren a visitar a mi tía Maria.
Recuerdo que iba a la High School, ¡cruzábamos el puente caminando!
¡Qué bonitos tiempos…!
RC: ¿Qué es la educación para usted?
La educación la recibes en tu casa y la instrucción en la escuela.
Lo que más me gusta es ser maestra de clases de Biología y de plantas medicinales. Una gran satisfacción para mí haber recibido la medalla Altamirano y recibir la presea Piedras Negras.
Recuerdo con cariño a mis alumnos y me da gusto que me saluden.
RC: ¿Qué significa para usted llegar a esta hermosa plenitud que es su vida?
En estos momentos de mi vida pienso en mi mamá que fue una mujer muy educada, más no instruida. Me enseñó a pedir por favor, a dar las gracias, y a decir con permiso, siento mucha felicidad por la familia que forme y agradecida con DIOS por mi vida.
Una vida dedicada a la educación
Rosa Elba Aguirre González nació en Piedras Negras, Coahuila, un primero de abril de 1925, del matrimonio formado por el Sr. Gabriel Aguirre y Aguirre y la Sra. Ignacia González Gutiérrez, siendo la menor de 9 hermanos. Su padre falleció cuando tenía 40 días de nacida y creció bajo el cuidado de su madre y de sus hermanas y hermanos mayores.
Se casó con el ingeniero Octavio Carranza Fraser y procrearon 7 hijos todos ellos profesionistas. Es orgullosa abuela de 18 nietos y 16 bisnietos.
Se graduó en 1945 de farmacéutica y después continuó sus estudios como laboratorista químico farmacobiólogo para finalmente, años después, graduarse como maestra en la escuela normal superior de Saltillo.
Dio clases durante 43 años, siendo maestra en la Secundaria Federal Diurna y Nocturna Benito Juárez, en la Escuela Preparatoria de Piedras Negras, de las Facultades de Farmacia, laboratorista químico farmacobiólogo, Enfermería y Trabajo Social.
En 1988 el Presidente Miguel de la Madrid le otorgo la medalla al mérito Ignacio Manuel Altamirano y un diploma de honor como reconocimiento por su relevante obra educativa realizada en bien de la niñez y juventud mexicana.
En el año 2010 recibió un reconocimiento de la Benemérita Escuela Secundaria General Benito Juárez por “haber guiado por caminos firmes el destino de los jóvenes” de esa institución.
En el año 2017 recibe un reconocimiento de la Universidad Autónoma de Piedras Negras por su “bondad y entrega hacia la juventud estudiosa que ha encontrado en ella, más que una maestra, una verdadera amiga”.
Fue socia fundadora de la Acción Católica Femenina Mexicana de Piedras Negras, Coahuila, llegando a ser su Presidenta a la edad de 80 años. Dentro de sus labores altruistas impartió clases gratuitas de inglés en el Seminario de Piedras Negras, del cual ha sido benefactora desde su fundación hasta la fecha.
A sus 100 años ha sido un ejemplo de vida para sus hijos y los que han tenido la dicha de convivir con ella, mostrando siempre una actitud positiva ante cualquier circunstancia, siendo un importante pilar de los valores de la sociedad nigropetense.
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