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Arturo Gilio Quintero, un torero de casta; destinado a brillar

El joven matador de toros, una de las promesas mexicanas en el mundo de la tauromaquia, habla en exclusiva para Zócalo Saltillo.

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En unos días el matador se presentará en la Feria de San Marcos. Foto: Zócalo | Gerardo Ávila

Por: Gerardo Alvarado

Saltillo, Coah.- Por las venas de Arturo Gilio Quintero corre la casta de la tauromaquia, la valentía de aquellos que se atreven a estar cara a cara con un animal de 500 kilos, de los que, aún con miedo cumplen sus sueños.

Gilio nació hace 22 años en Torreón, hijo de Arturo Gilio Hamdan y Liliana Quintero Pámanes; su padre, aunque también fue torero, nunca le clavó la espinita de que incursionara como torero, tampoco su madre, pero ser parte de una familia de ganaderos y un matador, fue parte para que, con el tiempo, él solo se diera cuenta de que en realidad quería tener como profesión ser un torero de prestigio.

De niño practicó diversos deportes como el futbol, tenis, golf. No fue un gran estudiante, confiesa, pero era un niño normal lleno de ilusiones que salía a jugar con sus amigos. Sin embargo, a los 13 años ya tenía una meta, un objetivo o un sueño por cumplir: ser matador.

“Con 13 años no me lo tomaba enserio, me gustaba mucho entrenar en la escuela del Centenario de Torreón, me gustaba estar con mis compañeros. Con 13 años seguía jugando futbol, pero no tan seguido, quizá a los 14 años, cuando comenzaron a llegar los compromisos a torear en tal pueblo, en tal lado, que viajaba solo, me di cuenta de lo que realmente quería, era todavía un niño, pero tenía la sensación de torear, la verdad que no la había tenido con ninguna otra cosa, era muy claro que lo quería hacer toda mi vida”.

Entrar a la escuela en el Centenario de Torreón le trajo mayor sacrificio y compromiso, requisitos necesarios para ser alguien en la vida, dejar de lado las fiestas, los amigos, pero no el sueño de llegar a ser uno de los mejores enfundado en un traje de luces.

“Fue el compromiso. Siendo un niño, sin tener nada de experiencia de técnica, pero el compromiso de saber que estás anunciado en una plaza, que la gente te va a ir a ver, ahí fue cuando dije, ‘esto me gusta, este miedo, esta responsabilidad la quiero tener siempre’, y ya en la plaza con la gente, lograrla emocionar, apasionar a la gente, creo que fue cuando tomé esa decisión”.

 

Viajar lejos

Es cierto que en Torreón acudía al Centenario, pero él quería más, así que, al salir del colegio, emprendía el viaje a otro estado para crecer, para formarse mejor, y lo hacía solo.

“Empecé en la escuela Taurina del Coliseo Centenario de Torreón, mi papá me había enseñado poco, por lo mismo de que me dejaba a mi ‘aire’. Recuerdo que me mandaban en camión, desafortunadamente en Coahuila no hay muchas ganaderías donde entrenar, donde preparase, estar cerca de los animales, recuerdo que salía del colegio los viernes en la tarde a Querétaro, recuerdo que era con el matador Arturo Saldívar, Mario Zulaica, y con ellos es cuando quizá salí de mi zona de confort, de estar en mi casa con mi familia, mis amigos, con mi gente, fue cuando empezaba a viajar solo en el camión, el ir a las ganaderías, darme mi lugar, quería sentirme importante y desde niño me lo tomé enserio”.

Dos años después, cuando tenía 15, tomó otra decisión arriesgada, viajar más lejos, solo, sin nadie de la mano. España era el siguiente paso, allá en la meca de la tauromaquia en donde seguramente vendrían cosas mejores.

“Algo fundamental en mi carrera clave, fue tomar la decisión de irme a vivir a España con 15 años, a Sevilla, ahí fue cuando me di cuenta lo bonita y difícil que es esta profesión, salir de tu zona de confort, el llegar a un país totalmente desconocido, otras culturas, otras costumbres, siendo un niño me sirvió muchísimo, es ahí donde me di cuenta de las muchas ganas que tenía de ser torero, para mi eso fue fundamental”.

Estar fuera de casa sin la familia le ayudó a Arturo a forjar un mayor carácter y compromiso con él mismo, porque nadie le estaba regalando nada, no quería defraudar a sus padres, en especial al Gilio joven empeñado en cumplir su sueño.

Llegar a la Madre Patria y sacrificarse más también lo llevó a pensar en abandonar todo, a dejar de lado el objetivo que toda su vida se fijó, sin embargo, de inmediato se dio cuenta que esto era parte del proceso.

“Sí, sí bastante, claro que llega. El estar solo, el ver a tu familia y las cosas que hacen o que no se están dando las cosa en España, porque es normal, claro que te pasa por la cabeza regresarte y abandonarlo, pero luego te das cuenta que es parte de lo bonito y difícil que es esta profesión, pero cuando vienen los triunfos te das cuenta que todo sacrificio tiene su recompensa, muchas veces se dice que no es sacrificio si estás haciendo lo que te gusta, y en lo personal estaba haciendo lo que me gustaba lejos de mi casa”.

Sus maestros

Arturo aún recuerda la primera vez que entró al ruedo en España. Fue ante una vaquilla grande que lo tumbó en dos ocasiones. Pero en su camino se encontró con alguien que lo llevó de la mano: Andrés Roca Rey.

El matador peruano, quienes es hoy por hoy una de sus máximas figuras, lo acompañó y lo llevó por el camino correcto.

“Alguien fundamental en mi carrera fue Andrés Roca Rey, uno de mis grandes ídolos, él me apoyó muchísimo en mis inicios, él es peruano y sabe lo que significa estar cumpliendo un sueño, él ya cumplió el sueño de ser máxima figura del toreo, hoy en día lo es, me apoyó muchísimo, me iba a las ganaderías con él, a las plazas, a entrenar y me ayudó”.

Pero su padre Arturo Gillio también es uno de sus maestros de vida, una figura a la que quiere alcanzar, él es su ídolo por excelencia.

Fue así que, forjado por sus maestros, la joven promesa del toreo en México se enfundó de luces para ser novillero, uno de los mejores del país, al grado de salir en hombros de la plaza más grande: la Plaza de Toros México.

“Muy bonita mi carrera como novillero, tuve la suerte de torear en plazas muy importantes en España, en Francia, plazas que yo veía de niño, se me hacía increíble, se me hacía, inalcanzable, estar en Madrid, en Valencia, en plazas de importancia, después de estar vestido de torero, esa responsabilidad de estar ahí fue una etapa muy bonita, una de las más bonitas de mi vida, que me sirvió muchísimo de aprendizaje para después tomar la alternativa.

“Recuerdo uno de los triunfos más bonitos de mi vida: el salir en hombros de la Plaza México. Para cualquier torero, en especial para mí, la importancia que tiene esa plaza, pero no solo eso, recuerdo ver muchas faenas de mi padre ahí, los triunfos ahí. Fue el 5 de febrero, 30 años después de que mi padre también saliera en hombros de ahí”.

El triunfo en La México le abrió muchas puertas, de ahí vinieron más carteles en las grandes plazas y ferias del país y fuera de él, hasta que en Madrid recibió una cornada que lo dejó fuera un tiempo.

 

La alternativa

Con un descanso forzado, tuvo el tiempo suficiente para pensar las cosas y fue entonces cuando le llegó la propuesta que toda joven promesa espera recibir: tomar la alternativa.

Fue a sugerencia de su apoderado, don Pablo Moreno, quien le dio la posibilidad de dejar de ser novillero y convertirse en torero en una de las plazas más importantes de Sudámérica, al lado de las dos máximas estrellas de la fiesta taurina mundial.

Moreno le propuso tomar la alternativa en Perú junto con su maestro Andrés Roca Rey y Julián López, “El Juli”; no lo pensó dos veces y dio un “sí” rotundo.

“La verdad vino un poco de mi apoderado Pablo Moreno, es el empresario de la plaza Acho, estaba en casa por una cornada en Madrid, triste por no saber cuándo vas a torear, lo que más me gusta hacer. Me marcó un día y me dijo, ‘tengo que decirte algo’, como si fuera algo normal, ‘y me avisas: si quieres tomar la alternativa en Perú’, que es una de las plazas más importantes de América, e iba a estar junto con maestro El Juli y el maestro Andrés Roca Rey, dos de mis más grandes figuras, que hoy todavía lo son, entonces obviamente sabía que sí, rápido le contesté que sí, se vino todo de cara, no solo tomarla, tomarla en esa plaza con esos grandes ídolos fue todo un privilegio”.

El 13 de noviembre del 2022 Gilio tomó la alternativa, ese día nació un nuevo matador de toros coahuilense; el torreonense paseó una oreja y se convirtió el primer mexicano en convertirse en torero en la plaza más importante de Sudamérica

Ese día Arturo Gilio estuvo como en casa, viajó medio millar de laguneros a verlo, a brindarle el apoyo incondicional que solo un mexicano sabe dar.

“Fue uno de los días más bonitos de mi vida, el hecho de cumplir un sueño, sentirse realizado, es un sueño de toda una vida, aunque soy un joven, pero ha sido toda mi vida soñar por eso, me sentí afortunado, privilegiado. Hablé con mi papá, él había pasado por lo mismo y sabe lo que es tomar una alternativa, de disfrutar cada momento por el que te has preparado para vivirlo en nada, dos toros que duran 25 minutos cada toro, valoras todo, claro que está la presión, que está el miedo, está la incertidumbre, claro que sabes que estás al lado de tus dos grandes ídolos, es una fecha tan importante, tenía muchas cosas en la mente, había muchas banderas de México, claro que te sientes con esa responsabilidad, pero eres tu y así traté de entregarme, de disfrutarlo al máximo, lograr poner el público de pie”.

Luego de ese importante paso, al comenzar este 2023, vino una enorme carga de trabajo, en cuestión de semanas vinieron 15 corridas, y ahora, en unas semanas, el 30 de abril, estará en la Feria de San Marcos en Aguascalientes, y luego viajará a Morelia antes de viajar de nuevo a España.

Triste

Aunque ya es un torero, tomó la alternativa y es una de las promesas mexicanas para brillar en la fiesta brava, aún tiene una espina clavada muy profunda, porque en su tierra, en su estado, en su natal Torreón, no ha logrado debutar como tal, desde la prohibición de los toros.

Sin embargo, esto lo ve como algo lejano, pero no imposible, ya que todavía sueña con presentarse ante los suyos y brindarles una faena como pocas.

“Estoy en un estado en el que prohibieron mi sueño, el cual al final toree en muchas plazas, pero no donde uno quiere estar, sentirte realizado en tu tierra, hace tiempo me prohibieron torear en mi casa y más por un tema político”.

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