Saltillo, Coah.- Luego de largas jornadas de insomnio e incansables trabajos de búsqueda y rescate tras el sismo que sacudió a Siria y Turquía el pasado 6 de febrero, finalmente dos rescatistas coahuilenses que se internaron en la zona de desastre, pertenecientes al grupo topos en la rama de rescate de víctimas fatales, regresan a casa.
A pesar del cansancio que demanda dichas labores Juany Hernández Dueñez proveniente de Piedras Négras, perteneciente al grupo Topos, se siente satisfecha de haber cumplido con un trabajo más como rescatista, sin embargo, la invade el sentimiento de que pudo haber hecho algo más, como ocurre con cada uno de sus compañeros al finalizar una misión.
Por otro lado, Karol Jair Correa López, originario de Saltillo y quien participó como rescatista en terremoto de la Ciudad de México en el 2017, mencionó que la magnitud del desastre fue 10 veces mayor al desastre provocado por el terremoto del 85.
Fue tal el asombro al adentrarse en la zona, que sintió el shock de las personas afectadas quienes se vieron completamente rebasadas por los embates del desastre natural. “En lo personal no vi cadenas de personas sacando escombros para rescatar a las personas o recuperar los cuerpos” apuntó el rescatista.
Pese al desolado panorama y las innumerables bajas, Karol reveló tener sentimientos encontrados al encontrar gente con un corazón grande y cálido como los mexicanos, lo que le hizo sentirse en casa.
“Ahorita podemos estar comiendo comida de lata, un atún, tal vez un pan con mantequilla, tal vez nada, al día siguiente pueden recibirnos con un platillo calientito en un comedor provisional para las mismas víctimas y a veces no tenemos ni siquiera tiempo de comer” relató Juany como fue el día a día durante su estancia en Turquía.
Aunque en ocasiones se sientan abrazados por el miedo, esto no les impide realizar su noble labor, por el contrario, es el mismo miedo lo que los impulsa y los pone alerta ante situaciones de peligro, ya que como mencionan “Tener miedo es no confiarnos de que según sabemos o que según vemos que no hay peligro…el miedo nos ayuda a ser precavidos”.
Otra de las labores por parte de una de las cuadrillas de los Topos es la ayuda social hacia los albergados, principalmente a los niños, a quienes, en compañía de la mascota conocida como El Totopo, hacen entrega de juguetes y sonrisas a los pequeños afectados a fin de aminorar el impacto de la devastación.
Uno de los pilares que los mantuvo en todo momento en calma y quien les asigna diversas tareas al grupo Topos es Héctor Méndez, el Topo Mayor quien también es conocido como Jefe Chino, quien siempre vela por la seguridad de sus compañeros al no arriesgarlos a hacer tareas que no puedan realizar.
