Por Agencia Reforma
Ciudad de México.- Entre confrontaciones y diversas mociones de orden, la reforma constitucional en materia electoral que pretendía “suprimir al INE” para crear un nuevo órgano electoral no alcanzó la mayoría calificada por lo que se discutirá ahora el ‘Plan B’.
El debate inició con la presión de grupos que a las afueras del palacio legislativo de San Lázaro se manifiestan a favor y en contra de la propuesta que Morena puso sobre la mesa y que copia la iniciativa enviada en abril pasado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Luego de que al presentar el dictamen, Graciela Sánchez, presidenta de la Comisión para la Reforma Política-Electoral, calificó a Lorenzo Córdova como un “corrupto de la historia electoral que se perdió en las entrañas del poder conservador para beneficio personal”.
Por su parte, Alejandro Moreno, líder nacional del PRI, estableció que irán en contra del dictamen los legisladores de PRI, PAN, PRD y MC.
Mencionó que los tres pilares de la democracia son el INE, el sistema electoral y la calificación de las elecciones.
“Cuando el poder pierde los estribos, lo épico termina por ser patético”, concluyó el líder priista.
Los priistas le gritaban a Alito “Presidente” y los morenistas respondían “desafuero”.
Al presentar moción suspensiva, Álvarez Máynez, advirtió que lo que hoy reclama la Oposición lo van a reclamar en unos meses miles de militantes de Morena: respeto a la pluralidad y puso como ejemplo el abucheo a Monreal y el escupitajo a Ebrard en la marcha del 27 de noviembre.
El diputado del PRD Luis Espinosa Cházaro reiteró su rechazo a la propuesta.
“Se los dijimos cuando el Presidente inició los ataques al INE: su intentona de retroceso democrático no pasará. En el pleno se escucha a la Oposición coreando ‘¡No pasará!'”.
Por su parte, Jorge Romero, coordinador del PAN, dijo que es increíble que quienes llegaron al poder con las actuales instituciones democráticas hoy quieran minarlas porque ya no les acomoda.
¿Qué se discutió?
El dictamen ratifica la propuesta del Ejecutivo federal de “suprimir” el INE y crear un nuevo órgano llamado Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), reducir de 11 a siete el número de consejeros electorales y cambiar su forma de elección por medio del voto popular.
Este proceso sustituiría el actual, que establece que un Comité Técnico de Evaluación deberá calificar a los mejores perfiles de personas con experiencia en materia electoral y proponer quintetas, de las que serán electos los consejeros por mayoría calificada en el pleno.
El proyecto plantea que los magistrados electorales también sean electos mediante voto popular, en lugar del proceso de elección en el Senado. Además, desaparece a los organismos públicos locales de los estados y los tribunales locales.
Propone reducir el número de diputados de 500 a 300 y de 128 a 96 las y los senadores. En los Congresos locales habría un tope de hasta 45 diputados y en las Alcaldías de hasta nueve regidores, para el caso de aquello con mayor población.
Para todos estos cargos de elección, se proponen listas de candidatos de los partidos políticos, por lo que se adoptaría un sistema de representación proporcional, lo que implicaría la desaparición de los distritos electorales federales y locales.
La propuesta que se someterá a votación ratifica también la propuesta de desaparecer el financiamiento de los partidos para actividades ordinarias y sólo habría en tiempos de campaña, con lo que el sistema electoral favorecería el financiamiento privado de personas físicas y morales.
Por tratarse de una reforma constitucional se requieren de 334 votos para su aprobación. No obstante, Morena y sus aliados del PVEM y del PT cuentan con 276 votos.
Las bancadas de PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano adelantaron su voto en contra
