Por: Grupo Zócalo
Ciudad de México.- Cuando Guillermo del Toro era un niño en Guadalajara, solía permanecer despierto hasta tarde, viendo televisión con su hermano mayor. Una noche, descubrieron un episodio de la serie antológica de ciencia ficción de los 60, Rumbo a lo Desconocido, que se llamaba “El Mutante“. En él, Warren Oates interpreta a un astronauta atrapado en una lluvia radioactiva en otro planeta.
“Hay un momento en el que se quita las gafas y sus ojos son tan grandes como las gafas”, dijo Del Toro en una videoentrevista. “Y yo comencé a gritar. Mi hermano me mandó a dormir. Se podría decir que el resto de mi vida ha sido una reacción contrafóbica al miedo que sentí viendo ese episodio”.
Hoy, Del Toro, de 58 años, provoca gritos a los demás con películas como El Laberinto del Fauno y series como The Straight. Y ahora tiene su propia serie antológica, El Gabinete de Curiosidades de Guillermo del Toro. La primera temporada, que debuta el martes en Netflix, es una colección de cuentos de terror de una hora, cada uno de un director distinto.
Del Toro eligió a cada uno de los realizadores, algunas de las más brillantes mentes de terror, incluyendo a Ana Lily Amirpur (Una Chica Regresa a Sola a Casa de Noche), Panos Cosmatos (Mandy) y Jennifer Kent (El Babadook).
Dos de los episodios están basados en historias originales escritas por Del Toro, quien creó la serie. Otro par fueron inspirados por cuentos del macabro escritor H.P. Lovecraft. Todos tienen un valor de producción altísimo. “Me gasté todo ese dinero de Netflix”, dijo Amirpour en una videoentrevista; su capítulo perversamente divertido, “The Outside”, cuenta la historia de una mujer (Kate Micucci) que desarrolla una relación poco saludable con un nuevo producto de belleza.
“Con Guillermo, cuando trabajas con alguien que tiene ese nivel de poder, realmente puedes hacer algo genial”, agregó.
Del Toro entró al proyecto como curador y como fan, con la meta de resaltar las historias y los cineastas que ama.
“Tenía la esperanza de seleccionar algunas historias que me gustan, que no se han adaptado, o no se han adaptado con un entorno de producción muy protegido”, dijo.
Hubo grandes desafíos. En términos prácticos, el “gabinete” contiene ocho películas de una hora, con escenarios que incluyen el rústico Massachusetts de 1909 (“Pickman’s Model”, dirigida por Keith Thomas) y una versión de finales de la década de 1970 (“The Viewing”, Cosmatos). Los directores eran esencialmente sus propios showrunners.
Múltiples directores de fotografía y editores trabajaron en la serie, pero sólo hubo una diseñadora de producción, la habitual de Del Toro, Tamara Deverell (El Callejón de las Almas Perdidas), quien asumió la tarea de diseñar todo, como una rata animatrónica gigante (para “The Graveyard Rats”, Vincenzo Natali) y una instalación de almacenamiento incompleta (para “Lot 36”, Guillermo Navarro).
Deverell recordó que El Gabinete… había reutilizado un set de la película El Callejón de las Almas Perdidas, de Del Toro de 2021, para “Lot 36” y “Graveyard Rats”. También señaló las complejidades de llevar a cabo la visión de ocho cineastas. Pero ella no se queja, ve a Del Toro como el colaborador perfecto, un artista que sabe que la narración es tanto visual como verbal.
Él entiende el espacio y cosas como la altura de los techos y los metros cuadrados y las formas de las cosas de una manera que muchos directores no entienden”, dijo Deverell. “Él lo hace tan fácil. El decorado tiene la misma importancia que los actores o la historia. Es parte del mismo mundo que él está tratando de crear”.
Del Toro es un fanático particular de las antologías, aquellas que se encuentran entre dos tapas (el primer libro que compró con su propio dinero fue una antología de terror editada por Forrest J. Ackerman) y en la pantalla. Cuando no estaba gritando en Rumbo a lo Desconocido, veía La Dimensión Desconocida, Alfred Hitchcock Presenta, Un Paso al Más Allá, entre otros.
“Eran mis cosas favoritas para ver”, dijo. “De la misma manera me encantaba leer cuentos, más que cualquier otra cosa. Los encuentro inmersivos, autónomos e increíblemente atractivos. Si vienes a la biblioteca de mi sección de terror, la mayor parte de lo que colecciono son antologías”.
