
Piedras Negras, Coahuila. - El Obispo Alonso Garza señaló que, tras asistir en varias ocasiones a la región carbonífera, para acompañar a los familiares de los trabajadores atrapados en el pozo se ha percatado de su desesperación por que no los han podido rescatar, del trabajo continuo y de los peligros tan serios que enfrentan los mineros.
Señaló que es entendible la situación lamentable por la que están pasando los mineros y por ello todos los días un sacerdote oficia misa, para ayudarles en este momento difícil.
De igual forma, el Obispo de la Diócesis destacó el trabajo de los tres ordenes de gobierno, de forma ininterrumpida e incansable de quienes están ahí haciendo todo lo posible por rescatar a los mineros.
Monseñor Garza Treviño también se refirió a los dueños de las minas al considerar que pese a los peligros que enfrentan los mineros, si se hubieran implementado medidas preventivas, muy seguramente este accidente no hubiera ocurrido.
Destacó que lo que pasó en la mina “El Pinabete” refleja un descuido muy serio de las autoridades responsables, por no verificar las condiciones y de los dueños, que primero ven la ganancia que deja el carbón que la seguridad de los trabajadores.