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Deja pandemia una generación ‘todoterreno’; ‘sobrevivientes’ piden un voto de confianza

Se gradúan tras superar los obstáculos que representa cursar la mitad de sus estudios universitarios vía online; son todoterreno

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Por Rosalío González

Saltillo, Coah.- Se adaptan más rápido, resisten la presión y la incertidumbre con más normalidad, son expertos en plataformas digitales, dominan la comunicación virtual, son autodidactas muchas de las veces, pueden trabajar desde casa, coordinan proyectos desde un celular o computadora, y eso los hace diferentes.

La pandemia por el Covid-19 aumentó 10% la deserción universitaria en Saltillo, una cifra histórica que resultó de colocar      a los jóvenes frente a la ley del más fuerte, donde únicamente los que fueron capaces de asumir el cambio lograron seguir estudiando, y resolviendo los obstáculos a los que de la noche a la mañana se enfrentaron por el cierre de las aulas.              

Este verano, esa generación de supervivientes se graduará con un sabor agridulce en la boca, porque la pandemia les truncó en gran parte su vida universitaria y además, los pone frente a nuevas dificultades en el campo laboral.

Carolina Torres, Fátima Montelongo y Ricardo Verástegui son tres egresados de distintas carreras en esta generación, y reconocen que para ellos y sus compañeros el camino luce empedrado con respecto a las oportunidades laborales y la puesta en práctica de sus conocimientos, debido a que cursaron materias prácticas en línea.

Este verano la primera generación de profesionistas que estudió la mitad de su carrera en línea se graduará de las universidades, después de vencer la adversidad de la pandemia, y con un perfil completamente distinto al de las generaciones pasadas y las venideras.

Esta generación de “profesionistas todoterreno”, como se definen ellos, lograron sacar adelante estudios complicados, que incluso nunca se habían realizado sin la interacción humana y el contacto con sus docentes. La historia comenzó un martes.

“Me acuerdo que era un martes y nos fuimos todos a nuestra casa normal, estábamos a mitad de módulo, y empezamos a informarnos de la pandemia, pero pensamos que no llegaría hasta acá, y de pronto nos mandaron un comunicado en el sistema de UANE, y decía que íbamos a regresar a clases hasta nuevo aviso, que todo iba a ser virtual”, comentó Carolina.

Carolina tiene 23 años y se graduará como sicóloga de la UANE, tiene pensado especializarse en sicología jurídica o forense, pero reconoce que la pandemia le quitó la oportunidad de practicar en ese campo.

“Yo pedí mis prácticas en varios lugares, pero me decían que por la pandemia no estaban aceptando a nadie, por ejemplo, en la Fiscalía no se podía y en Empoderamiento me hicieron esperar un mes porque hay practicantes y no podíamos estar tantas personas ahí”, explicó la joven.

El nuevo coronavirus también dificultó que esa generación de sicólogos estudiara los suficientes talleres, como la Cámara Gesell, o simplemente que interactuara con posibles usuarios de su servicio, una función primordial para el desarrollo profesional.

“Tuvimos muchas materias prácticas en las que hay que ir a la cámara Gesell y no pudimos ir nunca, ni siquiera podíamos asistir a UANE, todo era virtual y siento que es muy necesaria la práctica, porque todo el tiempo vas a estar trabajando con personas, entonces sí fue muy difícil”, aseguró la próxima graduada.
 

Algunos desertaron

Aunque todos sus compañeros tenían las posibilidades de conectarse a internet y usar una computadora, hubo cuatro personas que desertaron de la carrera para no volver.

“En mi generación hubo gente que dijo que mejor se iba a esperar hasta que regresemos presencial, pero realmente no regresaron nunca, a lo mejor unos 4 de 20 que éramos”.
No fueron los únicos profesionistas en formación que abandonaron la carrera por la pandemia, Ricardo Verástegui, estudiante de Ingeniería en Materiales, en el Tecnológico de Saltillo cuenta que, de su generación el 10% desertó.

“Fue muy complicado adaptarse, porque cada profe tenía su manera de hacerlo, yo tenía 7 materias en ese entonces y nada más uno nos daba clases, las demás hasta casi junio se comenzaron a reportar”, narró el futuro ingeniero.

 

Esta generación de lo imposible hizo de la crisis una oportunidad, e incluso tuvieron que recurrir a cursos por YouTube para entender las materias más complicadas de su carrera.

“Algunos maestros nos dejaban trabajos, una maestra se conectaba a su hora a darnos clase, otros nos dijeron que viéramos cursos en YouTube de la materia para que aprendiéramos, realmente fue un desbalance grande”.

Cuando tuvieron que salir a buscar sus prácticas profesionales, los estudiantes como Ricardo, de 21 años, con la mitad de la carrera en línea, se toparon con la saturación del mercado, porque muchos jóvenes dejaron las prácticas para cuando todo volviera a la normalidad.

“Están dificultándose mucho las prácticas profesionales, muchos compañeros no consiguen porque nos dicen que no hay lugar, y es que algunos se comenzaron a atrasar y se fueron juntando, entonces ya son muchos los que buscan prácticas”, compartió.

Otros miembros de esta generación de la pandemia se integraron con mayores sorpresas a sus prácticas profesionales tardías, como el caso de Fátima Montelongo, quien egresará de la Benemérita Escuela Normal de Coahuila.

 

Superan obstáculos

En su caso, su primer grupo como maestra practicante significó enfrentarse a la realidad que dejó el encierro por el Covid, debido a que sus alumnos estaban retrasados en el aprendizaje de habilidades básicas.

“Estuve practicando con niños de primer grado de primera, digamos que ellos tuvieron ausencia del preescolar porque lo vivieron en línea, y fue mucho el rezago en escritura, en la socialización, porque entraron con miedo, ellos estaban acostumbrados a estar en casa”, comenta la futura maestra.

 

Además de lo profesional, esta generación de la adversidad está consciente de que el Covid, la cuarentena, el cubrebocas, la sana distancia y las olas de contagios les arrebataron una parte importante de su vida: su etapa de universitarios.

“La pandemia nos quitó las fiestas, las celebraciones y todo lo que viven los universitarios, en la Normal nos hacían comúnmente festejos y para nosotros no hubo, por ejemplo, el baile de candidata a reina, eran recuerdos que nos íbamos a llevar para siempre y no pudieron ser”, narró Fátima de 21 años.

“La pandemia nos quitó una de las mejores etapas de nuestra vida, ahorita lo que estamos haciendo es tratar de convivir, y ya tuvimos nuestra despedida de generación y vamos a aprovechar esos momentos y espacios para crear esas experiencias bonitas y recuerdos”.
No obstante,  los tres jóvenes coinciden en que la sociedad debe darles un voto de confianza para demostrar que  están lo suficientemente capacitados para ejercer pese a los obstáculos

 

Piden confianza

Los tres jóvenes egresados que platicaron con este medio, coinciden en que la sociedad debe darles un voto de confianza para demostrar que no solamente están lo suficientemente capacitados para ejercer, sino que la crisis los convirtió en profesionistas de rápida adaptación al cambio y “todoterreno”.

 

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