
Este 19 de abril, la siderúrgica "La Concha" cumplió 31 aí±os de haber cesado operaciones. Fue en sus tiempos la fuente de empleo mejor pagada en la frontera.
Por: Edmundo Garza Lara
Piedras Negras, Coahuila. - A 86 aí±os de haberse establecido en Piedras Negras y 31 de haber cesado sus operaciones, los restos de la planta siderúrgica que vino a marcar un parte-aguas en la economía, generación de empleos y fortalecimiento del sindicalismo, aun se observan en la longeva avenida Reforma.
Los habitantes de los sectores, algunos sobrevivientes de aquella época y otros descendientes de los mismos, recuerdan el trajineo y taconeo tempranero de los apurados obreros que, lonchera en mano, acudían día a día a sus turnos para desquitar lo que en aquellos tiempos significaban los mejores sueldos que se ofrecían en la frontera.
Muchos, todavía, aseguran oler aún el acero con el que trabajan y escuchar el silbato que anunciaba el inicio de labores de los trabajadores.
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Héctor Efraín Sonora, quien tenía un aí±o de haber terminado su gestión como secretario general de la Sección 123 del Sindicato Minero cuando se anunció la clausura de la empresa afirmó, categórico, que el cierre de âLa Conchaâ obedeció mas que todo a asuntos politico-laborales y no por cuestiones de contaminación.
La Consolidada, una empresa siderúrgica de capital norteamericano establecida en 1936, vino a significar en su tiempo la fuente de empleo más importante para Piedras Negras al llegar a contratar hasta mil quinientos trabajadores.
Sin embargo, en la década de los cincuenta, la empresa Consolidada, conocida por la mayoría como âLa Conchaâ, después de algunos problemas económicos, fue vendida a la planta Altos Hornos de México.
[gallery size="large" td_select_gallery_slide="slide" ids="582645,582644,582643,582642,582639,582641"]Sonora Valdés explicó que la planta producía 180 mil toneladas por aí±o de lingote de acero, lo que representaba trabajar con el metal líquido a altísima temperatura y bajo un clima, en canícula, cercano a los 40 grados, por lo que los obreros tenían que usar equipo especial y tomar pastillas de sal para trabajar.
En 1976 la planta registró el primer reajuste de personal de más de doscientos obreros. En la década de los ochenta, se presenta otro despido y luego el tercero, que marcó su destino rumbo al cierre definitivo: Después de haber pasado por una época de oro como industria, el gobierno federal inicio los trámites para cerrarla para siempre, bajo la justificación de contaminar el arroyo el Tornillo, el 19 de abril de 1991, dejando a cientos de jefes de familia sin empleo.