
En la Corrida del Lienzo y Plaza âXonacatiqueâ de Jesús María.
Por FRANCISCO VARGAS M.
Aguascalientes.- En lo que fue la Corrida de Toros de los festejos de âLos Chicahuales 2021â de Jesús María, y de las fiestas de julio en Honor a Santiago Apóstol, el resultado que arrojó fue una oreja respectivamente para el testigo de la ceremonia Ernesto Javier âCalitaâ, y la otra para el toricantano Manuel Gutiérrez, misma que le tumbó al toro de su alternativa de nombre âDuraznilloâ, número 344, con 498 kilos; mientras que el padrino de su doctorado Fabián Barba, pechó con el lote menos propicio.
Con clima caluroso y una buena entrada del aforo permitido en el Lienzo Charro y Plaza âXonacatiqueâ, se jugó un encierro desigual de tipo y comportamiento de la ganadería zacatecana de Boquilla del Carmen, que cumplió en varas, algunos carentes de clase, otros faltándoles un punto de fuerza, destacando el tercero, pero sobre todo el cierra plaza, que por su calidad, sus restos merecieron el arrastre lento.
FABIíN BARBA (Rosa Mexicano y Oro)
Con su primero de nombre âViolínâ, se recreó a la verónica jugando los brazos abriendo compás, mientras que con muleta, una vez que se realizó la devolución de los trastos, ante un toro sin ritmo, clase y soso, hizo una labor de empeí±o y voluntad, sacando pases meritorios, terminando el toro volviendo en un palmo de terreno, sufriendo Barba un susto quedando todo afortunadamente en eso, continuando en ese mismo tenor, ligando molinetes, sin faltar desplante rodillas en tierra. Estocada entera poco tendida para escuchar palmas.
Con su segundo las cosas no mejoraron, ya que âEleganteâ no le dio muchas opciones para el triunfo, estando con entrega, arrancándole al desaborío toro pases a base de darle los terrenos de adentro. Pinchazo hondo y tres cuartos de espada, recibiendo palmas de aliento.
ERNESTO JAVIER âCALITAâ (Azul Aí±il y Oro)
El diestro mexiquense se enfrentó en primer término a âGuitarristaâ, mismo que le ofreció francas embestidas pero le faltó un punto de fuerza. Se abrió con capa lanceando de manera armoniosa a la verónica, viniendo en varas un tumbo espectacular al picador Francisco âCurroâ Campos. En banderillas se lució el nuevo aspirante a subalterno de a pie José Manuel Macías López âEl Chatoâ (nieto del siempre recordado Rafael López âEl Tíoâ), por lo que se desmonteró para agradecer la ovación. En lo que se refiere con sarga
cuajó una faena de buen gusto y trazó, sacando pases con temple y profundidad, intercalando adornos como abaniqueo en la cara y pases de trincherilla. Se fue tras el acero, pinchando al primer viaje dejando en el segundo una estocada entera para leve petición de oreja, misma que no se concedió, saliendo al tercio para saludar y agradecer las palmas.
El quinto del festejo fue âTamboreroâ, al que bregó para fijarlo a su capa, muleta en mano cuajó una faena inteligente de gran capacidad taurina, ante un toro tardo en sus embestidas al que supo darle su tiempo y base de dejarle la muleta en la cara al burel y ponerse en la distancia correcta, sacó pases que tuvieron calado en los tendidos entre las notas de âLa Pelea de Gallosâ, terminando con una labor de alií±o con doblones rematados a pitón contrario. Con gran determinación se fue tras el acero, dejando una estocada hasta las cintas que tardó un poco para hacer efecto, para petición de oreja que acertadamente el juez de plaza y amigo César Pastor concedió.
MANUEL GUTIíRREZ (Azul Rey y Oro)
El toricantano con el toro de su doctorado âDuraznilloâ, número 344, con 498 kilos, castaí±o y vuelto de cornamenta, bregó con capa, viniendo enseguida la esperada ceremonia de alternativa para Manuel, quien con muleta estuvo esforzado con gran voluntad y disposición, con un toro deslucido que embestía de manera rebrincada, sacando meritorios pases por ambos perfiles, cantando la gallina el astado; mientras que Gutiérrez continúo con empeí±o, intercalando adornos como pases del desdén. Tomó el acero dejando media estocada un tanto contraria para solicitud por mayoría de oreja, que se le otorgó.
Con el cierra plaza, el mejor del encierro âCubistaâ aprovechando las francas embestidas se recreó a la verónica, mientras que con muleta, con un toro bravo y mucha transmisión, sacó pases que le fueron coreados, estando por momentos de manera comprensible, no a la altura del estupendo burel, por lo que su larga faena tuvo varios altibajos, misma que cerró con pases por alto. Se puso pesado con el acero por lo que escuchó un aviso, escuchando palmas de aliento, mientras que los restos del toro fueron premiados con el arrastre lento, llegando de esta manera el fin de esta agradable corrida.