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Depredadores acechan ranchos

Creían que podría tratarse del "Chupacabras".

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Creí­an que podrí­a tratarse del "Chupacabras".

Por: Paúl Garza

Zaragoza, Coah.- La aparición de bestias salvajes hambrientas en los alrededores de los ranchos de la región ha sido reportada por ganaderos cuyas bajas en los corrales de todo tipo de ganado ha sido motivo de preocupación y de temor por el hallazgo de algunas osamentas raras de especies depredadoras desconocidas.

De tal tema se abordó al biólogo Antonio Corona Hernández, quien al expresar su opinión comentó que muchas de las veces los animales silvestres como el tlacuache o los perros ferales que se crí­an abandonados en la sierra, se alimentan desordenadamente y crecen a tamaí±o descomunal. A mediados del presente aí±o fueron divulgadas algunas imágenes del esqueleto de un supuesto animal salvaje, y quienes lo encontraron a orillas de un rancho en esta localidad se les hizo sumamente extraí±o y se levantaron conjeturas de que podrí­a tratarse de el “chupacabras”. Sin embargo, un análisis sereno por el cientí­fico Antonio Corona permite identificar esta osamenta a lo más parecido de un tlacuache de grandes proporciones en un 80 por ciento, lo cual es explicable porque en el bosque se alimentan hasta alcanzar un tamaí±o de hasta dos metros de largo. Incluso el gato montés y el zorro, de acuerdo a estudios realizados, han alcanzado un largo semejante. Descartó en definitiva la presencia de animales raros como el famoso “chupacabras” que resultaron ser, de acuerdo a estudios biológicos por el pelo y la piel que dejaban como rastro durante el ataque al ganado en el corral, unos perros ferales o salvajes criados en el monte. Dijo que en su época de estudiante, el tema de los “chupacabras” fue sometido a estudios cientí­ficos por los catedráticos biólogos de las universidades y descubrieron que estas fieras eran perros salvajes de monte o ferales que astutamente atacaban y mataban al ganado menor más desprotegido cuando dormí­an en sus corrales. Aun así­, aí±adió, no hay que descartar la presencia de depredadores de otra naturaleza porque todo puede suceder cuando se registran mutaciones o anormalidades de nacimiento, pero esto conlleva a realizar estudios más profundos. En ese sentido el doctor en biologí­a, Corona Hernández, catedrático e investigador, aclaró que es común apreciar animales como el tlacuache, el gato montés, linces, osos y pumas, a los que considera como depredadores naturales del medio ambiente o del ecosistema. “Muchas veces se les trata de combatir hasta eliminarlos, pero lejos de que sean un enemigo de las especies en corral se ha determinado que los depredadores juegan un papel vital en el equilibrio ecológico, porque únicamente cazan cuando tienen hambre y lo hacen con el animalito enfermo o debilitado genéticamente”. Es por ello que entre biólogos, ambientalistas y defensores del hábitat natural han llegado a un acuerdo para preservar y evitar su extinción con la aplicación de normas para prohibir y penalizar severamente la mortandad de especies ahora protegidas. Detalló, por ejemplo, que el tlacuache es un animal omní­voro que se alimenta tanto de vegetales como animales, pero nada más se aprovecha del ganado más débil o enfermo, pero esto no quiere decir que se convierta en una amenaza para el resto de los animales, porque igual se alimentan de la vegetación. El tlacuache ataca y desgarra con sus colmillos porque son carní­voros, pero no chupan como tampoco lo hacen los murciélagos como se ha hecho creer falsamente, es un mito, porque únicamente se posan en el ganado, le abren una herida y de ahí­ lamen la sangre, pero no absorben. “La realidad es que los animales salvajes son depredadores por naturaleza y se alimentan de otros animales, sean pequeí±os o de su mismo tamaí±o, pero atacan únicamente cuando tienen hambre”. Cuando bajan de la sierra lo hacen para alimentarse, lo mismo de la vegetación que se cultiva en las parcelas cercanas, las semillas almacenadas y el ganado menor como las chivas y aves de corral también son presa fácil, satisfacen su feroz apetito y regresan a su entorno natural. Comentó que los animales salvajes tienen una particular manera de atacar a sus presas como sucede en el caso del oso, que desgarra, y los murciélagos lamen la sangre después de abrir una pequeí±a herida, pero no la absorben o la chupan como lo han hecho creer. Desde luego que todo animal que tiene como hábitat natural el bosque, no están domesticados por el hombre y sobreviven por los ataques entre otras especies, por lo que son sumamente agresivos, pero es parte de su misma naturaleza. El biólogo Antonio Corona Hernández concluyó el tema al indicar que, por instinto, el animal que sobrevive en su hábitat se convierte en depredador cuanto está hambriento, en ese sentido se recomienda a los propietarios de ganado aumentar la protección de sus animales en cautiverio, ya que los cazadores naturales como el gato montés, el oso, el tlacuache, entre otras especies, también se alimentan de la misma vegetación y evitarí­an daí±o ganado en corral. [caption id="attachment_49585" align="alignnone" width="250"]Biólogo Antonio Corona Hernández Biólogo Antonio Corona Hernández[/caption]
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