La enfermera Alejandra Yazmín se siente impulsada por su vocación y su deseo de salvar vidas a donar su plasma para que pueda ser usar para tratar a pacientes de Covid-19.
Por: Aníbal Díaz
Zócalo Monclova; 19 de mayo 2020.- El deseo de salvar a personas en condiciones graves de salud llevó a la enfermera Alejandra Yazmín, del Hospital General de Zona Número 7 del IMSS, a convertirse en la primera mujer coahuilense donadora de plasma, alternativa de tratamiento para derechohabientes con infección por coronavirus que están en extremo delicados, y que busca disminuir la mortalidad por esta enfermedad.
La trabajadora adscrita al departamento de Vigilancia Epidemiológica de la Clínica 7, reveló que tras la incertidumbre que vivió al ser portadora del virus, ahora tiene la oportunidad de hacer el bien.

âDecidí donar porque mis papás son personas mayores y quisiera que alguien los pudiera ayudar en caso de que enfermen y lo llegaran a requerir. Además, siento que como enfermera tengo la misión de salvar vidasâ, manifestó.
Explicó que a principios de mayo recibió una llamada por parte del departamento de Trabajo Social del HGZ No. 7 y tan pronto le explicaron de qué se trataba, inmediatamente dijo que sí.
Acudió a la unidad, le aplicaron un cuestionario similar al que realizan para la donación de sangre, a fin de verificar que cumpliera los criterios de elegibilidad, luego le hicieron una tercera prueba y posteriormente le dieron la cita en Monterrey.
El lunes 11 acudió a la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) No. 34 en aquella ciudad, donde tras otro interrogatorio la conectaron a una máquina que centrifuga el plasma; el proceso duró aproximadamente una hora.
âMe di cuenta en los noticieros de que el doctor Santillán âtitular del IMSS-, es donador de plasma y eso me motivó aún másâ, expresó.
El protocolo tiene como objetivo recolectar plasma de pacientes que se han recuperado de SARS-CoV-2, debido a que este componente sanguíneo contiene una carga importante de anticuerpos.
El IMSS es la primera institución del país certificada para hacer uso de plasma convaleciente como alternativa de tratamiento a pacientes de Covid-19.
âEL MIEDO QUEDí ATRíSâ
Alejandra cuenta que se contagió de Covid-19 en el trato con el primer doctor y paciente infectados. El 27 de marzo, se enteró que era portadora del virus y permaneció en aislamiento domiciliario.
Tuvo fiebre, tos, dolor de cuerpo y rinorrea, los cuales fueron cediendo de manera gradual. El 29 de abril se hizo una segunda muestra que dio negativo.
Aseveró que fueron momentos difíciles porque tenía miedo de contagiar a su familia. Su padre es hipertenso y su madre estaba preocupada por su salud.
Cuando se enteró que estaba sana, fue como volver a nacer, el temor quedó atrás y ahora tiene otra visión de la vida.