WhatsApp
Pronostico del tiempo
Puentes Internacionales
Twitter
Instagram
YouTube
Facebook

+

Inmigrantes en EU se adaptan a sus nuevos empleos durante la pandemia

  • 295

El virus ha destruido sectores económicos dominados por la mano de obra inmigrante; un estudio reveló que el 49% de los hispanos entrevistados dijo que alguien en su hogar habí­a perdido su empleo o sufrido un recorte en el sueldo.

Por: El Financiero 

Ulises Garcí­a pasó de ser mesero a trabajar en una lavanderí­a. Yelitza Esteva solí­a ser manicurista pero ahora compra y reparte comida a domicilio. Maribel Torres pasó de limpiar casas a coser mascarillas.

La pandemia del coronavirus ha destruido sectores de la economí­a dominados por la mano de obra inmigrante: muchos restaurantes, hoteles, servicios de limpieza de oficinas, cuidadoras de nií±os, peluquerí­as y centros de belleza, entre otros, han cerrado sus puertas porque las autoridades no los consideran esenciales.

El Migration Policy Institute (Instituto de Polí­tica Migratoria, en espaí±ol) considera que el 20 por ciento de los trabajadores estadounidenses operan en industrias vulnerables donde se esperan despidos masivos de inmigrantes a pesar de que éstos representan sólo el 17 por ciento del total de la fuerza laboral.

Y los inmigrantes que no tienen estatus legal no pueden acceder al paquete de 2 mil 200 millones de dólares en ayuda financiera que el Congreso aprobó recientemente para apoyar a las familias afectadas por la pandemia.

“No sé si siga en esto, trabajando aquí­, porque no me siento cómodo trabajando en un lugar cuando el virus está por todos lados”, comentó Garcí­a, que antes de la pandemia era camarero y ahora trabaja en una lavanderí­a en Brooklyn. Garcí­a se dedica a vender productos como detergente o lejí­a que necesitan los clientes del establecimiento.

“El problema es que no se sabe cuánto tiempo durará esto”, agregó el inmigrante mexicano.

La venezolana Yelitza Esteva no tení­a otra opción después de haber perdido su trabajo haciendo manicuras en una peluquerí­a de Miami en la que ganaba 2 mil 100 dólares al mes.

Su marido también se quedó sin empleo en una empresa de restauraciones de casas. Además de pagar el alquiler de su vivienda y los servicios de agua, luz y teléfono, enviaban dinero al menos a siete familiares en Venezuela.

“Me asusté. Me quedé sin nada”, contó Esteva, una inmigrante de 51 aí±os que abandonó Venezuela en 2015 para pedir asilo en Estados Unidos.

Ahora Esteva y su marido trabajan para el servicio de compra y distribución de alimentos de un supermercado llamado Instacart y ganan un promedio de 150 dólares al dí­a por más de 12 horas de trabajo.

La mayorí­a de los inmigrantes con residencia permanente pueden beneficiarse del pago por desempleo y de la ayuda que el Congreso ha aprobado. Algunos con un permiso de trabajo temporal, como los que solicitan asilo, también pueden pedir ambas formas de apoyo económico.

Pero los inmigrantes que se encuentran sin permiso legal en el paí­s no pueden acceder a ninguna incluso si pagan impuestos. El gobernador de California, Gavin Newsom, sin embargo, anunció la semana pasada que su estado ofrecerá un pago a los inmigrantes perjudicados por el coronavirus que viven en el paí­s ilegalmente. Newsom dijo que entregará 500 dólares por persona a aproximadamente 150 mil adultos.

Algunas ciudades estadounidenses impulsan iniciativas similares: Minneapolis y St. Paul, en el estado de Minnesota, han creado fondos especiales que están disponibles para todas las personas independientemente de su estatus migratorio. Austin, en Texas, tiene un fondo que será utilizado en parte para ayudar a quienes han quedado marginados de la ayuda federal.

Diana Mejí­a, coordinadora de salud y seguridad del grupo de ayuda a inmigrantes Wind of the Spirit, aseguró que durante aí±os han llegado jornaleros todos los dí­as a la estación de trenes de Morristown, en Nueva Jersey, con la esperanza de ser contratados por empresas de construcción o jardinerí­a. Ahora casi todos los dí­as hay caras nuevas, agregó.

“Muchos son trabajadores de restaurantes. También trabajaban para empresas de construcción que cerraron”, explicó.

En Nueva York, la inmigrante mexicana Maribel Torres trabajaba limpiando apartamentos, pero sus clientes dejaron de llamarla al comienzo de la pandemia. Su esposo perdió su empleo cuando el restaurante en el que cocinaba cerró.

Ahora, con el apoyo de MakerSPace, un espacio de trabajo compartido que ofrece herramientas para que la gente aprenda oficios, y La Colmena, una organización sin fines de lucro que ayuda a jornaleros, está confeccionando mascarillas de tela en su casa.

Junto a otras tres mujeres inmigrantes que hacen lo mismo donarán algunas máscaras y venderán otras. Hasta ahora han vendido unas 300 por internet. Un joven jornalero que también perdió su trabajo hace las entregas a domicilio.

“Siento que estamos apoyando a otros y estamos ganando un poco de dinero”, expresó Torres, de 47 aí±os.

La abogada venezolana Leymar Navas trabajaba como cajera en un restaurante de Miami antes del brote de coronavirus. Pero el negocio de sushi cerró en marzo, casi al mismo tiempo que su esposo y sus dos hijos adultos perdieron sus empleos.

Tras una búsqueda desesperada encontró un trabajo a tiempo parcial en una compaí±í­a de desinfecciones que limpia los cajeros automáticos de los bancos.

“Nadie se esperaba esto”, aseguró Leymar, quien llegó junto a su esposo economista en 2018 en busca de asilo polí­tico. “Pero todo trabajo es digno mientras lleves comida a la mesa”, dijo la mujer de 47 aí±os.

De acuerdo con un estudio del Pew Research Center (Centro de Investigaciones Pew) realizado en marzo, cerca de la mitad de los hispanos entrevistados (el 49 por ciento), indicó que alguien en su hogar habí­a tenido un recorte de sueldo o habí­a perdido su empleo como consecuencia de la pandemia del coronavirus, por encima del 29 por ciento de los entrevistados de raza blanca y del 36 por ciento de los de raza negra.

Un análisis reciente del Centro Pew basado en estadí­sticas del Censo encontró que ocho millones de hispanos tení­an una alta posibilidad de perder sus empleos en el sector de servicios.

Muchos inmigrantes con nuevos trabajos dicen ahora que están agradecidos de tener un empleo durante la pandemia, aún cuando ponen en riesgo sus vidas.

“Miedo muchí­simo, muchí­simo”, afirmó Esteva, la inmigrante venezolana que se aplica loción antibacterial en todo el cuerpo cuando sale a comprar al supermercado y luego hace los repartos. “Estoy confiando en Dios, que es el que nos está protegiendo”.

Publicación anterior Alicia Keys lanza tema para honrar a quienes luchan contra coronavirus
Siguiente publicación ‘Fase 3 colapsará sistema de salud en México’: el zar de la influenza
Entradas relacionadas
Comentarios
  TV en Vivo ;