
Varias personalidades de la farándula se han enfrentado a problemas debido a las cirugías.
Por Agencia Reforma
Ciudad de México.- Las pompas de famosas como Nicky Minaj, Kim Kardashian o Jennifer Lopez se han convertido en el ideal de muchas mujeres, quienes están dispuestas a recurrir al bisturí para tener un atractivo visual similar.
Sin embargo, lucir exuberante puede implicar un gran riesgo, al menos en el País, pues la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (AMCPER) lo considera un peligro de salud pública.
âHay gente que paga cirugías baratas en clínicas sencillas, pero cuando se presenta una complicación, los pacientes buscan opciones diferentes. Al darse cuenta de que su recuperación no pueden costearla con gente profesional en hospitales privados, acuden a las instituciones de salud. âEso ocasiona que ocupen camas de hospitales por algunos días, lo que genera un costo para estos lugares que bien se puede ocupar para ayudar a otros pacientes con enfermedades crónicas. Por eso la Secretaría de Salud y la Cofepris lo considera un problema de salud públicaâ, afirmó en entrevista el doctor Martín Lira, integrante del Comité de Comunicación de la AMCPER. Esta situación no excluye a los famosos, quienes con tal de buscar la aprobación de su público a través de algunos arreglitos, se someten a procedimientos que les pueden ocasionar consecuencias negativas.
Ejemplo de ello es Alejandra Guzmán, quien en 2009 se sometió a una operación de aumento de glúteos, misma que no salió como esperaba. En 2012 le extirparon la sustancia metil metacrilato que le inyectaron, sin embargo, las secuelas de este producto afectaron su cuerpo al grado de que hoy su desempeí±o físico ya no es el mismo.
âElla (Guzmán) fue con una seí±ora que hacía medicina estética. Le inyectaron cemento (metil metacrilato) y terminó infectándose tanto que sigue con complicacionesâ, explicó el cirujano Fernando Molina. Recientemente, la intérprete de Hacer el Amor con Otro y Eternamente Bella ha sido blanco de críticas por las fotos de su rostro actual publicadas en redes sociales.
Otro de los casos es la exmodelo Paola Durante, quien, por mejorar su trasero, acudió a Colombia para que le aplicaran polímeros que casi le cuestan la vida debido a una infección.
âEstando en este medio no nos sentimos perfectas y eso es lo que buscamos todas: la perfección. La gente y la televisión te pueden seí±alar por subir de peso y eso hace que te vuelvas exigente contigo mismo.
âPrometí no volver a hacerme ninguna cirugía porque estuve a punto de morirme en Colombia. Quería convertirme en una âBarbieâ para los demás, aunque yo no me agradaba a mí mismaâ, dijo Paola en entrevista.
De acuerdo con Lira y Molina, los estereotipos fungen un papel fundamental en la percepción de la imagen en las personas.
Por eso recomiendan que, antes de pensar en el quirófano, las personas acudan a un sicólogo, con el fin de tomar una mejor decisión.
âEl cirujano plástico tiene que hablar largamente con el paciente porque seguramente este sufre del síndrome dismórfico (obsesión por parecerse a alguien).
âPor eso un buen cirujano determina, más allá de un operación, si lo que necesitan es una intervención quirúrgica o una visita con el siquiatra. Luego de que se realizan las operaciones no les gusta cómo quedaron y es ahí cuando comienzan a distorsionarse el cuerpo en generalâ, sostuvo el cirujano Molina.