
"¡Samir, amigo, la lucha continúa!", gritó la multitud que llegó a la casa del líder comunitario en Amilcingo en Morelos
Ciudad de México.-Â Entre llanto y gritos de apoyo a la lucha que emprendió Samir Flores, cientos de personas despidieron al activista que se oponía a la termoeléctrica de Huexca, quien fue asesinado ayer afuera de su domicilio.
"¡Samir, amigo, la lucha continúa!", gritó la multitud que llegó a la casa del líder comunitario en Amilcingo, del Municipio de Temoac, Morelos.
Ahí, en el patio de la vivienda, a unos metros de donde fue baleado el activista y donde ahora hay una foto suya rodeada por piedras y flores, se ofreció una misa que duró prácticamente una hora.
"¡Ni perdón, ni olvido, castigo a los asesinos!", "Zapata vive, la lucha sigue; Samir vive, la lucha sigue" y "Samir, caíste, pero nunca te rendiste", coreó la gente después de la ceremonia religiosa, algunos con un puí±o en alto.
Luego, las consignas continuaron con "Amilcingo no se vende, Amilcingo no se va, porque tiene campesinos, con mucha dignidad", "agua sí, termo no; aguas sí, termo no" y "la lucha sigue y sigue".
Cientos de pobladores y activistas caminaron por las calles de la comunidad para acompaí±ar el féretro al panteón local.
Desde nií±os cargando cartulinas con la leyenda "A Samir no lo enterramos, lo multiplicamos", hasta ancianos en sillas de rueda, y personajes como Ignacio del Valle, líder de Atenco, acudieron al sepelio.
"Venimos porque nos duele el asesinato de Samir, nosotros también lo vivimos", contó Del Valle, quien se opuso a la construcción de un nuevo aeropuerto en Texcoco.