Sin importarle las embestidas cortas y rebrincadas del burel, Luis David se la jugó
Por: Francisco VargasÂ
Ciudad de México.- Importante y convincente actuación fue la que tuvo el matador de toros aguascalentense Luis David Adame, la tarde de este jueves en la Plaza âLas Ventasâ de Madrid, donde cortó una oreja de gran peso, al bravo y buen toro âOmbúâ de Juan Pedro Domecq, cuyos restos merecieron el premio del arrastre lento; mientras que Finito de Córdoba y Román Collado, no pudieron tocar pelo, en lo que fue el décimo festejo de abono de la Feria de San Isidro 2018.
Alterando el orden de actuación y antigí¼edad, nuevamente gracias a la magia de la televisión, como muchos aficionados de nuestra tierra de la gente buena y de todo nuestro país, disfrutamos de la destacada y actuación de Luis David Adame, quien con su primero de nombre âOmbúâ, número 33 con 548 kilos, de pinta jabonero, bella hechuras, gran transmisión, movilidad y fijeza, lo recibió con lances a la verónica donde jugó los brazos quitando de manera muy vistosa por chicuelinas manos bajas, una vez que el picador Oscar Bernal cubrió la suerte de varas. Con pases estatuarios por alto con los pies clavados en la
arena, inició su faena de frescura juvenil y proyección, viniendo tres series por el derecho donde templó y mandó, intercalando adornos como la arrucina. Por el izquierdo de la misma manera corrió la mano con largueza, siguiendo con más pases por el pitón derecho, citando de frente para más naturales, entendiendo al estupendo toro, estando a la altura el joven acalitano. Citando de frente, vinieron más pases por el izquierdo, concluyendo de ajustadas bernardinas. Con enorme determinación se fue tras el acero, dejando la espada en su totalidad, teniendo petición de oreja mayoritaria; misma que el juez concedió, dando la vuelta al ruedo de manera triunfal Luis David, siendo premiado el toro con el arrastre lento.
âPeleadorâ marcado con el número 32, con 631 kilos, el más pesado del encierro, fue su segundo, mismo que en los inicios embestía echando las patas delanteras por delante, quitando muy lucidamente por Zapopinas, cerrando con el manguerazo de villalta, despertando al público; saliendo al tercio Tomás López una vez que estuvo certero y efectivo en banderillas.
Decidido y en busca de la tan ansiada âPuerta Grandeâ, comenzó de manera vibrante su faena con un pase cambiado por la espalda, pasándose los astifinos pitones a milímetros de su cuerpo.
Sin importarle las embestidas cortas y rebrincadas del burel, Luis David se la jugó con gallardía y enorme valor, sacando pases por demás meritorios, básicamente por el derecho ya que por el izquierdo fue intocable el toro; a base de mostrarle siempre el engaí±o al negro de Parladé.
Lamentablemente en la suerte suprema dejó un pinchazo hondo, concluyendo al segundo golpe de descabello, siendo reconocido con calurosa ovación que agradeció en el tercio.
El primer espada Finito de Córdoba ataviado de obispo y oro, tanto con âNinfaâ como âLoquilloâ que no le ofrecieron muchas opciones para el triunfo, tuvo detalles de arte y torería, poniéndose pesado con el acero en su primero por lo que escuchó un aviso para silencio; retirándose también en silencio en su segundo.
Román Collado de azul purísima y oro, al igual no tuvo buenos colaboradores ya que âOrganistaâ y âGandulâ, no le dieron muchas opciones. Aviso y silencio en su primero y en el otro al igual, silencio.
Con una asistencia de 16,317 aficionados, en tarde agradable, se jugaron toros de Juan Pedro Domecq y Parladé, disparejos de comportamiento que cumplieron en varas. Destacó primero y sobretodo el tercero con arrastre lento. Terminado el paseíllo se guardó un minuto de silencio en homenaje póstumo al recién desaparecido doctor Ramón Vila. (
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