Tanto israelíes como palestinos reivindican a Jerusalén, una ciudad sagrada para las tres religiones monoteístas.
Por La Jornada
Ciudad de México.- La decisión del presidente estadunidense, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital de Israel -y al trasladar ahí la embajada de Estados Unidos- generó una ola de repudio internacional y despertó preocupaciones sobre las consecuencias que esta medida podría provocar en la región.
En las horas que siguieron el anuncio de Trump, Gerardo Guterres, secretario general de la ONU, declaró que el acto âunilateralâ del mandatario estadunidense creó un âmomento de gran inquietudâ e insistió en que âel estatuto de Jerusalén es un problema que debe resolverse con negociaciones directas entre ambas partesâ.
Las misiones diplomáticas de Francia, Reino Unido, Bolivia, Egipto, Italia, Senegal, Suecia y Uruguay -algunas de las cuales denunciaron públicamente la decisión de Trump-, solicitaron una âreunión de emergenciaâ en el Consejo de Seguridad de la ONU âantes de que termine la semanaâ.
La Liga írabe también convocó a una reunión de emergencia, que se llevará a cabo el próximo sábado.
Tanto israelíes como palestinos reivindican a Jerusalén, una ciudad sagrada para las tres religiones monoteístas, como capital de sus respectivos Estados.
Mientras Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, agradeció de inmediato a Trump, Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, sentenció que a través de âestas decisiones deplorablesâ, el gobierno de Estados Unidos âsabotea deliberadamente todos los esfuerzos de pazâ.
Por su parte, el Hamas -partido que controla la franja de Gaza-, estimó que el anuncio abrió las âpuertas del infiernoâ para los intereses estadunidenses en la región. Y según la prensa local, banderas de Estados Unidos fueron quemadas en Gaza después de la alocución de Trump.
La Unión Europea expresó su âpreocupación seriaâ respecto a las ârepercusiones que (la decisión) pueda tener sobre las perspectivas de la pazâ.
La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, urgió a todos los actores a mantener la calma y âevitar cualquier escaladaâ.
Francia, Alemania, Reino Unido y China rechazaron a diversos grados la decisión de Trump y expresaron su inquietud sobre el futuro del proceso de paz.
En Egipto, el gobierno del mariscal Abdelfatah Al-Sisi denunció, de manera diplomática, la decisión del mandatario estadunidense, a la que calificó de âviolación de las resoluciones internacionalesâ.
Por su parte, el gobierno turco deploró una âdeclaración irresponsableâ que, además, es âcontraria al derecho internacionalâ; postura que retomaron los gobiernos de Líbano y Jordania.
El gobierno iraní, uno de los principales rivales de Israel en Medio Oriente, calificó la decisión de âinsensataâ y advirtió a Trump que âprovocará una nueva Intifada y fomentará comportamientos más radicales, con más ira y violenciaâ.
La administración de Enrique Peí±a Nieto emitió un comunicado con tono mesurado, en el que no criticó la decisión de Trump, pero informó que la embajada de México en Israel permanecerá en Tel Aviv.