
El uso de láseres, de sistemas de interferencias y de ciberamenazas contra satélites y sus redes en tierra suponen ahora un peligro potencial.
Por: Agencias
París, Francia.- Más allá de los misiles disparados desde tierra o los satélites que eliminan otros satélites, las últimas tecnologías ofensivas representan un peligro mayor para la explotación del espacio, según expertos y oficiales.
El uso de láseres, de sistemas de interferencias y de ciberamenazas contra satélites y sus redes en tierra suponen ahora un peligro potencial superior al riesgo de destrucción física de un satélite en órbita, además de ser más discretas, precisan los expertos.
âEl concepto de un satélite aniquilador de satélites, desarrollado durante aí±os por estadounidenses, rusos y chinos, ha dejado de ser una amenazaâ, estimó la semana pasada en una rueda de prensa el teniente coronel francés Thierry Cataneo, comandante del Centro Operacional de Vigilancia Militar de Objetos Espaciales de Francia.
Los interesados comprendieron que tras una destrucción, los residuos remanentes provocan una âcontaminación a muy largo plazo de la órbita en la que había sido desplegado el satélite-blancoâ y que por lo tanto el âbeligerante puede ser su propia víctimaâ.
âLas naciones espaciales responsables abandonaron esta lógica y se interesan más a conceptos como el deslumbramiento de satélites utilizando láseres, la toma de control a distancia a través de la utilización del arma cibernética y el desarrollo de energía dirigidaâ, una técnica que âtodavía no está puesta a puntoâ, dijo Cataneo.
Amenaza cibernética
En un informe publicado en octubre, la experta estadounidense Victoria Samson, de la ONG Secure World Foundation, escribió que âahora hay una verdadera reticencia a utilizar la fuerza cinética contra los satélites: los ciberataques y otras interferencias electrónicas son consideradas mucho más eficacesâ.
âLos actores espaciales deben estudiar de cerca la resistencia de sus sistemas en el espacioâ, aí±adió.
Xavier Pasco, director de la Fundación francesa para la Investigación Estratégica, confirmó a la AFP que la destrucción física de satélites enemigos ya no está sobre la mesa.
âLos restos producidos por los chinos tras la destrucción de uno de sus satélites en 2007 contaminaron mucho las órbitas bajas, muy, muy útiles, a 800 km, donde orbitan sobre todo los satélites de observación de la Tierraâ, dijo.
Según Pasco, varios países trabajan en la puesta a punto de rayos láser, que pueden hallarse en tierra o embarcados a bordo de satélites, para perturbar el satélite-blanco, daí±ar su sistema electrónico o de comunicación, hasta volverlos inoperacionales.
Pero la amenaza más simple y potencialmente más peligrosa es la cibernética, agregó.
âEnviamos las instrucciones a los satélites desde la Tierra. Si alguien logra introducirse en estas instrucciones y filtrar por ejemplo un virus en un programa, puede provocar graves problemas de funcionamiento del satéliteâ, dijo. âEs simple piratería, pero puede bastar para impedir la utilización de un satéliteâ.
Isabelle Sourbí¨s-Verger, directora de investigación del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia, confirmó a la AFP que âahora hay muchas posibilidades para atentar contra un satélite: láseres, interferencias, aniquilación de paneles solares, técnicas de toma de controlâ.
âLo más sencillo es tomar el control de la estación en tierra, o durante la transmisión de datosâ, agrega esta especialista en política espacial. âPor lo tanto, todo el mundo está de acuerdo en que hacer estallar y provocar residuos, no tiene gran interésâ.
La amenaza cibernética es doblemente inquietante, subrayan los expertos, porque contrariamente a la acción física contra satélites â vigilados por todas las potencias espaciales -, esta técnica apenas deja rastro y es difícil saber quién está detrás, como en otros casos de piratería y ciberamenazas.
Con información de AFP