Nueva York, EU.-Â Las obras de emergencia en la Penn Station de Nueva York, la estación de trenes más transitada de Estados Unidos, comenzaron el lunes, en el arranque de un verano infernal que promete más atrasos y hacinamiento.
Unos 650 mil pasajeros pasan cada día por la Penn Station -el doble que por los tres aeropuertos de Nueva York sumados-, de donde trenes de Nueva Jersey, Long Island y el corredor de la costa este conectan con el vetusto metro de la Gran Manzana.
Las reparaciones, que comenzaron el lunes luego de tres descarrilamientos desde marzo, durarán dos meses, y en ese período el número de trenes en las horas más transitadas del día se reducirá en cerca de 20% hasta el 1 de septiembre.
Los pasajeros han recibido el consejo de optar por buses, tomarse un ferry o usar el metro en vez del tren cuando sea posible, y de llegar al trabajo más tarde o más temprano. El precio de algunos pasajes ha sido reducido para compensar las incomodidades.
âUna luchaâÂ
âTodo el mundo atraviesa diferentes niveles de colapso nerviosoâ, dijo Andrew Sarnow, que trabaja en marketing y dice haber enfrentado atrasos de 30-40 minutos en los últimos dos meses en su viaje diario a Nueva York desde Princeton, Nueva Jersey.
Sarnow lanzó una ola de quejas: la estación no está diseí±ada para un volumen tan grande de pasajeros, hay atrasos, problemas mecánicos, vías férreas defectuosas o con un solo punto de entrada, âun error de diseí±o imperdonableâ.
Los problemas de la Penn Station tocaron fondo en mayo, cuando aguas sucias -al parecer aguas servidas- comenzaron a caer del techo.

âSerá una luchaâ, dijo Sarnow. âVoy a tener que trabajar mucho desde el trenâ, seí±aló. Pero admitió que su viaje de una hora y 15 minutos este lunes no fue tan malo y que esperaba que fuese peor. âHace mucho tiempo que la estación precisaba las obras y los políticos son los culpables de demorar tanto en hacerlasâ, dijo.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, advirtió en mayo que las obras provocarían âun verano de infierno para los pasajerosâ.
Las interrupciones del servicio de trenes coinciden con atrasos crónicos en el viejo sistema de metro, sobrecargado en esta inmensa metrópolis de 8,5 millones de habitantes, y deja en evidencia un mayor problema de infraestructura vetusta en Estados Unidos.
Sean Cribbin, de 27 aí±os, dijo que está agradecido de vivir y trabajar en Nueva Jersey la mayoría del tiempo para poder evitar los viajes diarios a Nueva York.
âEs una experiencia terribleâ, dijo, riendo.âY si hay una gota de lluvia que cae, o nieve, los trenes son cancelados o tienen atrasos masivosâ, afirmó. âLos metros son desagradables. Parece que donde quiera que mires en Nueva York el transporte público es caóticoâ, dijo.
Y luego de los dos meses de obras en Penn Station, un túnel de un siglo utilizado por todos los trenes para cruzar el río Hudson -una vía férrea para ir, una para volver- fue daí±ado en el huracán Sandy en 2012 precisará reparaciones.
âSi cada uno guarda la calma, respeta la tripulación de los trenes y no deja que estas frustraciones le ganen, todo el mundo llegará adonde precisa estarâ, dijo Steven Santoro, director ejecutivo de la autoridad de tránsito de Nueva Jersey, en una reciente carta.
