El joven puso de manifiesto el trato diferenciado que este caso está teniendo, pues si no se tratase de un sacerdote el acusado ya estaría en prisión.
Por: Dariela Macías y Armando López Capetillo
Piedras Negras, Coahuila; 5 de abril.- Con la seguridad de que no tiene nada que esconder y con el fin de convencer a la sociedad de que su denuncia es verdad y vean la realidad, Roberto Javier Calzada, de 18 aí±os, a quien en los últimos diez días hemos conocido como âJoséâ, dio la cara ante Grupo Zócalo.
En entrevista exclusiva, Javier ratificó su denuncia en contra del padre en contra del padre Juan Manuel Riojas, ex Rector del Seminario, tanto por abuso sexual como por violación, de los que fue víctima desde los 15 aí±os de edad.
Pidió a la sociedad en general, no sólo a la comunidad católica, no dejarse cegar por el peso que tienen las palabras de figuras como el padre Meí±o o el mismo Obispo de la Diócesis de Piedras Negras, Alonso Gerardo Garza Trevií±o.
Aseguró que casos como el suyo no pueden sólo quedar en un perdón, como el emitido por Garza Trevií±o la semana pasada mediante un comunicado, sino que también se requiere de una acción real que evite situaciones similares a futuro.
El rostro de Javier refleja nerviosismo pero sus palabras seguridad, afirma que su proceso ha sido complejo, cuando rompió el silencio, cuando decidió denunciar e incluso hace once días, cuando hizo pública la denuncia en Grupo Zócalo.
Quizás por eso, reconoció Javier otras víctimas, las que afirmó sí existen, no se atrevan a dar la cara, sin embargo, a ellos, los exhortó a que no tengan miedo de levantar la voz y denunciar sus propios casos.
Con un dejo de tristeza en su rostro y en su voz, Javier reconoció que una vez que se hicieron públicos los hechos, ha sido evidente la red de complicidad dentro de la Iglesia Católica, incluyendo aquellos personajes en los que confiaba ciegamente.
Entre ellos está su consejero espiritual, el padre Jesús Compeán, quien en todo momento lo apoyó en su proceso de abrir gradualmente su caso, pero ahora, tanto él como otros sacerdotes y la misma Diócesis, lo han dejado sólo.
De igual forma, se dijo decepcionado del propio Obispo Alonso Garza, a quien calificó como manipulador, no sólo con su caso sino también al tener la capacidad de controlar al resto de los sacerdotes.
Incluso, Javier no descartó la posibilidad de que a algunos de esos sacerdotes y tal vez a las mismas autoridades, Garza Trevií±o les haya ofrecido dinero a cambio de su silencio.
Reconoció que tanto la Iglesia Católica como la Procuraduría de Justicia no han reaccionado con la rapidez que requiere un caso de éste tipo, de índole sexual, teniendo como víctimas a menores de edad.
Estableció que en otros casos, donde no se han visto involucrados sacerdotes ni tampoco la propia Diócesis de Piedras Negras, los acusados son detenidos de manera inmediata y puestos tras las rejas.
La semana pasada, Javier recibió respuesta a la carta que envió el pasado 10 de marzo al Nuncio Apostólico en México, Franco Coppola, donde relataba no sólo los hechos sino denunciaba la apatía de la Diócesis de Piedras Negras.
Aunque la respuesta no fue la que esperaba, recibió una carta de Monseí±or Ramón Macías, quien le informaba que el Nuncio Coppola se encontraba en la Sierra Tarahumara y que a su regreso, a través de carta, se pondría en contacto con él.
A pesar del dolor que asegura tener, mismo que se le refleja en su juvenil pero apagada mirada, no claudica en su deseo de ser sacerdote, ya que además de querer contribuir a predicar la palabra de Dios, ahora tiene una motivación adicional.
Javier desea, en el futuro y una vez que reciba su ordenación, prepararse y estudiar para combatir, desde dentro de la Iglesia Católica, las violaciones y pederastia, y descartó posibles represalias en sus estudios por haber denunciado su caso.
