
Las pérdidas de empleos por sector obedecen a la automatización.
Por AgenciasÂ
Washington, EU.- Los avances tecnológicos revolucionan desde hace tiempo el mundo laboral y los avances de la inteligencia artificial despiertan crecientes temores de que las máquinas remplacen a un número cada vez mayor de trabajadores, incluso a los que tienen los empleos calificados.
Los ejemplos no faltan: los automóviles autónomos podrían eliminar a los taxistas y camioneros; los algoritmos que juegan un papel creciente en el periodismo, los robots que proporcionan informes a los clientes en centros comerciales o la cirugía robótica e inteligencia artificial a la que recurre la medicina para detectar y reparar tumores cancerosos o anomalías cardíacas.
Los datos fueron corroborados por un estudio del Instituto McKinsey, según el cual âcerca de la mitadâ de las actividades del mundo del trabajo âpodría verse potencialmente automatizada si se adapta las tecnologías actualesâ.
McKinsey consideró, sin embargo, que solo el 5 por ciento de los empleos podría âestar totalmente automatizadoâ.
Hombres âsuperfluosâ
Pero Vivek Wadhwa, empresario del sector de la tecnología y miembro de la Carnegie Mellon University, en Silicon Valley, considera que estos estudios no vislumbran el auténtico alcance de los riesgos para los trabajadores.
âEstos estudios subestiman el impacto de las tecnologías: del 80 al 90 por ciento de los empleos serán eliminados en los próximos 10 o 15 aí±osâ, afirma Wadhwa, autor de un libro sobre el tema.
âLa inteligencia artificial progresa mucho más rápidamente de lo esperadoâ, seí±ala. Los asistentes personalizados como âAlexa (dispositivo para el hogar de Amazon) o Google Home se vuelven muy inteligentes rápidamente. Microsoft y Google demostraron que la inteligencia artificial podía comprender el lenguaje humano mejor que los propios humanosâ, aí±ade.
El historiador Yuval Harari, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, advierte que la tecnología convertirá a los hombres en âsuperfluosâ, con preocupantes consecuencias sociales.
âMientras que los algoritmos presionan para sacar a los humanos del mercado de trabajo, la riqueza y el poder podrían concentrarse en las manos de una pequeí±a élite de propietarios de algoritmos muy poderosos, creando una desigualdad sin precedente social y políticaâ, dice Harari en su libro âHomo Deus: A Brief History of Tomorrowâ.
El académico se refirió al estudio de Oxford, que considera que las pérdidas de empleos por sector obedecen a la automatización: los más afectados serán los cajeros (97 por ciento), asistentes legales (94 por ciento), panaderos (89 por ciento) o los barman (77 por ciento).
Contrariamente, James Bessen, economista e investigador de la Universidad de Boston, piensa que se exagera el problema y hace notar que los avances de la tecnología normalmente traen más trabajo, pero la naturaleza del empleo cambia.
âTrastornos socialesâ
âLos robots pueden reemplazar a los humanos en ciertas tareas, pero no en todoâ, dice Bessen a la AFP.
Sin embargo, reconoce que la automatización âestá destruyendo muchos empleos poco calificados y de poca pagaâ.
Los asesores económicos de Barack Obama aseguraban el aí±o pasado que la mayoría de los empleos remunerados por menos de 20 dólares la hora corrían el riego de ser automatizados.
Pese a que aún es difícil identificar el auténtico impacto de los robots, muchos ya debaten sobre cómo se administrarán los inevitables desplazamientos en el mercado laboral.
Bill Gates, fundador de Microsoft, dijo el mes pasado que apoyaba un âimpuesto sobre los robotsâ, una idea manejada en Europa y que ya propuso Benoí®t Hamon, candidato socialista a la elección presidencial francesa.
Pero Bessen, un ex miembro del Berkman Center de Harvard, considera que tal gravámen podría ser contraproducente: âSi tu gravas a los robots disminuirás la velocidad de los efectos positivos de sus procesosâ.
A otros les gustaría un âingreso básico universalâ para compensar la pérdida de empleos.
Sin embargo, para Vivek Wadhwa los problemas son más profundos y es necesario encontrar soluciones más creativas.
âUna renta básica no resolverá los problemas sociales de desempleo porque la identidad de las personas gira alrededor de su trabajoâ, seí±ala Wadhwa.
âAunque tenemos suficiente alimento y energía, vamos a tener que lidiar con los trastornos sociales que se vienen. Necesitamos una discusión más ampliaâ.
âEs muy posible que logremos alcanzar este desafíoâ, dice James Bessen, âpero es evidente que en los últimos 20 últimos aí±os estas cosas han ido en la dirección equivocadaâ.
Con información de AFP.