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Lupita TikTok: Discriminación y violencia disfrazadas de meme

En internet se ha normalizado la burla hacia personas con discapacidad. Pero Lupita dejó de ser un chiste a la luz de los últimos acontecimientos

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Por: Milenio 

Ciudad de México; 18 de mayo.- El ambiente festivo del 10 de mayo se esfumó desde temprano en las calles del municipio de Juárez, en el área metropolitana de Monterrey. Los medios reportaron una alerta y daban testimonio de que habían detenido a Ricardo ‘N’ por violación equiparada. Un boletín señaló que no podían revelar la identidad de la víctima, pero que se trataba de una joven de 22 años con discapacidad cognitiva. Toda la ciudad entendió que se trataba de la celebridad de redes sociales, Lupita TikTok.

Lupita TikTok alcanzó la fama hace unos cuatro años cuando la gente en la calle la grababa bailando y perreando, con una sonrisa que revela hasta las encías. Llamaba mucho la atención porque Lupita es de baja estatura, debe rondar los 130 centímetros, y cuando habla las palabras se le tropiezan y se le amontonan en la boca.

Muchas personas en redes sociales aprovechaban su apariencia física para molestarla, pero ella ha usado en cambio su visibilidad para bailar la música que le gusta, vestirse como Bellakath, grabar videos musicales, salir en la televisión y construir una comunidad de 675 mil seguidores en TikTok.

 

 

 

Es por su fama que, a mediados de abril, el nacimiento de su hija, Karely Yamileth, fue un acontecimiento. Todos los ojos estuvieron puesta en ella y se conmocionaron cuando 15 días después de haberla dado a luz, el 27 de abril, tuvo que ingresarla al hospital por una falla renal y una deshidratación severa; los rumores indicaban que la causa era la negligencia de Lupita y Ricardo, de 47 años, el padre de Karely y pareja de Lupita desde julio pasado.

A partir de ese momento la vida de Guadalupe Villalobos, nombre real de Lupita TikTok, estuvo atravesada por rumores que eran propagados en el internet, amplificados por los medios de comunicación locales y tomados como verdades por las autoridades de Nuevo León. Se dijo que Lupita alimentó a su bebé con sopa instantánea y refresco de Coca-Cola, que ella tenía una discapacidad intelectual y por tanto no debía tener hijos; que las autoridades del DIF tenían que quitarle a la bebé.

Mariana Rodríguez –influencer, funcionaria a cargo de los refugios para menores y esposa del gobernador de Nuevo León– dijo que se iba a investigar si debía el Estado hacerse cargo de la bebé. Los programas de chismes y comedia le daban seguimiento como si fueran noticieros. Se corrió la voz de que tanto su pareja como su productor, James Flores, la explotaban laboralmente. Hasta que el 10 de mayo arrestaron a Ricardo por el delito de violación equiparada porque la Fiscalía de Nuevo León evaluó que Lupita tenía una deficiencia cognitiva que le impedía haber tenido relaciones sexuales consensuadas con su pareja.

 

Casi un mes después de que nació Karely, la mañana del 13 de mayo, todos los medios de Monterrey incluían la misma nota: la bebé de Lupita TikTok había muerto después de pasar una semana dependiendo de máquinas para vivir. Los noticieros señalaban que la información la había confirmado la Fiscalía y ésta determinaría por qué murió, pero que el personal médico la había ingresado con una deshidratación y una infección que había dañado sus órganos.

Uno de los reporteros en vivo para Televisa daba la nota y advertía que se trataba de un caso “muy manoseado por las redes sociales”. Los hechos en torno a Lupita y su bebé estaban tejidos a través de información filtrada, pero pocos documentos verificables. Por ejemplo, la Fiscalía no publicó las fichas informativas que envió a los medios ni tampoco hay una entrevista a Lupita y su familia que pudiera ofrecer una explicación.

Lo que sí existe como material de consulta en internet son las decenas de tiktokers especulando sobre el caso, y ganando muchos ‘likes’ en el proceso, sobre la investigación iniciada contra Ricardo –por delitos de feminicidio y violencia familiar, se sabría el sábado 17 de mayo–, el diagnóstico de salud de Lupita y las causas de muerte de la bebé Karely Yamileth.

El revoltijo de este caso encuentra su origen en una realidad: no hay una Lupita, sino dos: Lupita TikTok, la figura pública, y Guadalupe Villalobos, una persona con vida privada, que no empatan entre sí. Pero es notable que en este caso las autoridades, los medios y la sociedad en general están aferrados en demostrar que Lupita no tiene más vida que la que la hizo famosa, por “chistosa” y “ocurrente”, eufemismos que no alcanzan para endulzar una crueldad. La burla hacia una persona con discapacidad que se normalizó por años.

Por eso quiero aprovechar este bullicio para detenernos y preguntarnos qué dice de nosotros la forma en que las vemos o desviamos la mirada.

 

El origen de Lupita TikTok
Quedan pocos vestigios del ascenso a la fama de Lupita TikTok en internet. La mayoría de sus primeros videos han sido borrados y quedan algunos tuits de mediados de 2020 que hablan de su popularidad, el anhelo de encontrarla en las calles de Monterrey para bailar con ella o pedirle una foto. “Odio este sufrimiento llamado un día más sin ser Lupita TikTok”, dijo un usuario el 18 de septiembre de ese año en la red social de Elon Musk.

La propia Lupita TikTok ha hablado en varios pódcast de que antes de ser una celebridad de las redes sociales trabajaba como “paqueterita”, nombre que se le da en Monterrey a quienes trabajan embolsando las compras del supermercado, y que dejó ese trabajo para vender cerveza en un expendio y después ya se dedicó de lleno a ser creadora de contenido.

A inicios de 2021 comenzó una relación laboral con James Flores a través de una empresa dedicada a crear contenido digital, Tierra Propia News. En un video del 2 de marzo de 2021 se les ve a ambos con cubrebocas en una camioneta, en plena pandemia. James conduce y Lupita sostiene el celular. James le insiste que cuente lo que están haciendo y lea los comentarios de los seguidores.

–Aquí estoy con el James.
–¿Yo que soy tuyo?
–Mi patrocinador.
–Nooo, soy tu productor. Patrocinador suena a que soy tu ‘sugar daddy’.

A través de los videos se puede notar una relación amistosa entre Flores y Lupita y es también en esas fechas que comienzan los registros de sus videos en sus cuentas oficiales donde lo que graba es su vida cotidiana, lo mismo yendo al tianguis que haciéndose unos tacos de frijoles; consolando a James porque cortó con su novia, bailando en la calle o en una fiesta a la que la invitaron para amenizar; o haciendo un “en vivo” sólo para saludar a los fans.

Así eran los vlogs de Lupita TikTok

 

 

Sin embargo, su verdadera fama llegaría hasta el 20 de julio de 2022 cuando comenzó a aparecer en el programa ‘Adrián Marcelo presenta’. Lupita estaba en las gradas y el conductor al ver su presencia se acerca y la carga para llevarla al escenario. Adrián Marcelo se hinca para verla cara a cara y la producción ameniza el momento con música romántica. El conductor regio le pregunta a la tiktoker que si le quiere dar un beso. “Yo en tu lugar sí me lo daría”, le dice y luego pregunta: “¿cuántos años tienes, Lupita?”, a lo que responde que 19. “Ya es legal”, grita otro de los patiños del programa.

La dinámica sexual sería parte de las apariciones de Lupita con Adrián Marcelo. En septiembre y octubre de ese mismo año volvió a ir de invitada y ahí el conductor volvió a hacerle insinuaciones sexuales y a someterla a dinámicas de preguntas de cultura general para burlarse de ella cuando respondía mal.

La burla a los falsos estereotipos de las personas con discapacidad

“No acaba de morir el hecho de que las personas con discapacidad son usadas como personas de las cuales te burlas por su discapacidad y no se trata sólo de ellas como personas, sino del estereotipo del cual se valen para hacer bromas sobre su condición”, explica la periodista Katia D’Artigues, directora y co-fundadora de Yo También, una organización que se dedica a brindar información sobre discapacidad, inclusión y accesibilidad. “En el caso de Lupita, es además una persona de talla baja, lo que es utilizado para reafirmar ese estereotipo”.

 

Lupita TikTok y Adrián Marcelo

 

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Ejemplos de cómo se echa mano de los estereotipos de las personas con alguna discapacidad hay de sobra en la televisión mexicana. Uno de los más visibles es Sammy Pérez, actor que murió por covid en 2021, y que participaba como patiño en ‘El Calabozo’ de Esteban Arce y Jorge Van Rankin, pero que adquirió fama en los programas de sketches de Eugenio Derbez. Una “broma” hecha por las actrices Galilea Montijo y Roxana Castellanos a Pérez en 2009, que consistió en hacerse pasar por productoras y decirle a Sammy por el “chícharo” que se desnudara en televisión nacional, valió una llamada de atención por parte de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México a la televisora.

Otro caso es el de Margarito Esparza quien tuvo una carrera en el cine de oro mexicano junto a personajes como Tin Tan o ‘El Loco’ Valdez y que en la recta final de su vida tuvo que prestarse de patiño de Facundo en ‘Incógnito’. Pasó sus últimos años de vida viviendo en condiciones muy precarias y en 2015 se hizo público que fue desalojado de su vivienda y murió en Puebla en mayo de 2016.

“Hoy hay una gran cantidad de comediantes que hacen ‘stand-up’ con su propia discapacidad, pero no es lo mismo ‘reírse de’ que ‘reírse con’ y aquí lo que estamos viendo es los estereotipos en juego” reflexiona D’Artigues y recuerda que, en el caso de Sammy, cuando se involucró la Comisión de Derechos Humanos, la familia después no quiso seguir con la denuncia.


Sin embargo, a diferencia de Margarito o Sammy, Lupita TikTok estaba logrando consolidar una carrera potenciada por la televisión, porque ganaba seguidores con cada aparición en distintos programas de la tele local, pero que no dependía de ella, sino de sus redes sociales. Al punto de que llegó a tener millones de vistas en sus videos y a hacer colaboraciones con estrellas del reggaetón.

En abril de 2024 salió la canción “Plátano” de Millonario y Dani Flow donde ambos están disfrazados como si fueran Willy Wonka en ‘Charlie y la fábrica de chocolate’ y aparecen Lupita y otras personas de talla baja caracterizadas como Oompa-Loompas –los esclavos de Willy Wonka– pero en minifaldas de latex rojo.

 

La fama de Lupita no ha dejado de crecer y ha llegado a un nivel en que, en abril pasado, por ejemplo, sumó en sus 18 videos publicados en TikTok cerca de 85 millones de vistas. Los blogs especializados en monetización de contenido digital aseguran que bajo el programa de creadores de TikTok se paga entre 20 y 40 dólares por cada millón de vistas. Eso quiere decir que Lupita pudo haber hecho entre mil 700 y 3 mil 400 dólares durante el mes pasado.

Sin embargo, pese a su fama, sigue viviendo en Juárez, uno de los municipios más rezagados del área metropolitana de Monterrey y sus videos la muestran con la misma vida que tenía antes de ser famosa.

La otra Lupita
Por la fecha en que nació su bebé, se puede inferir que a mediados de 2024 Lupita comenzó su relación con Ricardo, un chofer de camión urbano en Monterrey. El acontecimiento tuvo un escueto registro en las redes de la creadora de contenido salvo por un post en Facebook del 20 de julio, donde aparece una foto de ella haciendo ‘pole dance’ en un autobús, como los que maneja Ricardo, y escribió: “Cuando me enamore no diré nada, pero habrá señales”.

De Ricardo se sabía poco hasta que participó, junto con Lupita y James Flores, su manager, en el pódcast ‘Madness’, de Alejandro Villanueva. Salió el 25 de marzo, pero no obtuvo notoriedad hasta que el bebé de Lupita fue internado en el hospital a finales de abril. En la conversación, Ricardo confiesa: “cuando tenía 29 me casé con una de 14” y James y Villanueva lo miran perplejos, aunque de igual forma continúan con la conversación.

 

Watch on TikTok

 

“Por lo que yo llego a entender y por conversaciones que he tenido incluso con la fiscal en temas de feminicidio y violencia contra las mujeres [Griselda Núñez], y más habiendo un menor involucrado, es que estos temas se persiguen de oficio. Al momento que hay un reporte en redes sociales, se abre una carpeta de investigación y se investiga ese delito, pero la pregunta es ¿cuál podría ser ese posible delito?”, cuestiona Alicia Leal, quien además de haber sido secretaria de las Mujeres de Nuevo León, fundó Alternativas Pacíficas, organización pionera en ofrecer refugios para mujeres víctimas de violencia.


Hoy sabemos que la Fiscalía investiga a Ricardo por violación equiparada –cuando la víctima no fue obligada a tener relaciones, pero tampoco está en condiciones para dar consentimiento– pues se toma como punto de partida que Lupita tiene una discapacidad intelectual, pero ¿cómo lo sabemos?

“En el caso de Lupita no sabemos si tiene o no una discapacidad intelectual. Todo mundo lo asume porque se ha visto disminuida su capacidad de tener conversaciones coherentes, pero ¿quién decide qué diablos es coherente? Todo mundo parece tener una opinión al respecto, si debe o no ser madre, si puede o no tener pareja, sin siquiera conocerla y sólo basando su opinión en estereotipos”, apunta Katia D’Artigues, reflexionando sobre algo más profundo: ¿qué lleva al Estado a tratar como menor de edad a Lupita?


“Lo que pasa es que hay un juego cultural donde tendemos a infantilizar la discapacidad. Entonces decimos que Lupita tiene una discapacidad, ergo es una niña, ergo hay que protegerla, ergo el Estado tiene que intervenir. Pues no. Porque es mayor de edad. Donde sí habría que intervenir es respecto a la bebé que se ha expresado que no fue cuidada de manera debida, que al parecer hubo uso de sustancias involucrado, etc.


“Y si Lupita y su pareja no son las mejores personas para hacerse cargo de esa niña, entonces el Estado por supuesto tiene que intervenir, independientemente de que Lupita tenga o no una discapacidad”, evalúa D’Artigues y en ello muestra que, si bien la Fiscalía Especializada en Feminicidios y Delitos contra las Mujeres puede actuar de oficio, lo está haciendo cargando los prejuicios que las redes sociales vuelcan sobre las personas con discapacidad.


No es la primera vez, además, que la Fiscalía especializada ve sus investigaciones afectadas por los rumores de redes sociales. En el caso de Debanhi Escobar, ocurrido en 2022, la Fiscalía armó una hipótesis respecto a un accidente que tenía como elemento central que la joven había comprado alcohol y había salido de fiesta y que fundamentaban una narrativa ampliamente denunciada en la que se culpabiliza a las víctimas de sus crímenes.

​El estándar es la exclusión
El caso de Lupita TikTok revela que autoridades, medios y sociedad seguimos mirando a personas que salen de la “normalidad” de forma condescendiente, cuando no con rechazo. En medio de la tragedia que vive Lupita TikTok por la pérdida de su bebé, usuarios del internet escriben con violencia cobarde cosas como que “deberían dormirla como a los perros” o que “le arranquen la matriz”.​

La postura va más allá de un intento de chiste de mal gusto porque detrás de esos comentarios existe una realidad atroz. La fundación dirigida por Katia D’Artigues ha revelado cómo esas prácticas crueles y violentas ocurren en nuestro país sin que pase nada.

En abril de este año Yo También dio a conocer el caso de Gabriela Sarahí, una mujer de 18 años que fue sometida a una esterilización forzada por su medio hermano, quien la llevó primero a una clínica rural pública y, cuando Gabriela pudo responder que sí quería tener hijos y no quería el procedimiento, la doctora se negó a realizarlo. Su medio hermano, entonces, la llevó a una clínica privada donde realizaron el procedimiento sin su consentimiento.

De acuerdo con el Inegi, 48.7% de las mujeres con discapacidad sufren de violencia sexual al menos una vez en su vida y, por otro lado, 4.3% de las mujeres en edad reproductiva han expresado haber sufrido un proceso de esterilización forzada. El caso de Gabriela Sarahí es una historia más detrás de estas cifras.

 

Si se confirma que Lupita tiene una discapacidad intelectual, tendremos que enfrentar como sociedad que la explotación laboral y sexual de Lupita TikTok estuvo expuesta frente a cientos de miles de personas en internet y nadie lo denunció ni tampoco las autoridades llegaron a tiempo. Si Lupita no tiene una discapacidad, lo que nos quedará de conclusión es una mujer adulta no fue tratada con todos sus derechos.

Al final estos datos, junto con el caso de Lupita, lo que evidencian es que frente a lo que sale de lo “estándar” no sabemos actuar o, peor aún, activamente ignoramos a las personas que no nos parecen “normales” porque nos parecen menos importantes. Lupita TikTok nos confronta con que seguimos muy cómodos viviendo en una sociedad que excluye hasta cobrar vidas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

AFL

 

 

 

 

 

 

 

 

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