Por: Grupo Zócalo
Ciudad de México.- Si Jesús de Nazaret lo llamó a él o él llamó a Jesús de Nazaret… ésa es la interrogante que Jonathan Roumie siempre tendrá en mente. Aunque lo cierto, para el actor estadounidense de 49 años, es que su vida dio un giro de 180 grados desde que comenzó a encarnarlo en la serie bíblica Los Elegidos (The Chosen).
“Dallas Jenkins, mi amigo y director y productor de la serie, estaba haciendo varios cortometrajes como apoyo audiovisual para la Iglesia, hace unos ocho años. Los exhibía en Pascua, para la comunidad a la que pertenecíamos.
“Me pidió que hiciera a Jesucristo en el corto Dos Ladrones (The Two Thieves) y desde ese día me dijo: ‘Tú serás Jesús de Nazaret en mi serie’. Pasó mucho tiempo antes del casting, de que se produjera, y desde entonces mi vida cambió por completo”, recordó Roumie en entrevista.
A propósito de las festividades eclesiásticas de Semana Santa, aseguró que ha sido un gran impacto para él convertirse en un intérprete en pantalla de Jesucristo, quien es una de las figuras históricas de mayor trascendencia en el mundo.
Además, reconoció que durante este tiempo litúrgico sus mensajes en redes sociales, como Instagram, aumentan de volumen con textos de agradecimiento y apoyo de parte de personas que creen que es un enviado de Dios.
“Sí hay personas que me han dicho que hago milagros, pero les digo que el milagro lo hace el Señor y su historia alrededor de él. Yo soy solo un actor interpretando a un personaje sumamente poderoso en la vida muchos seres humanos”.
Casado desde el 2020, el aficionado a la ilustración con aerógrafo, pluma electrónica para tablet y lápices de colores contó que sus gustos y placeres fuera de cámara giran en torno a tener una vida saludable y estar en paz consigo mismo.
Por eso, no desliga su fe de las actividades comunes y corrientes, pues, explicó, se encomienda a Dios cada que emprende algo nuevo.
“Si me subo a la bicicleta o si me subo al avión, me persigno y entro en instantes de oración y meditación. No creo que tenga que deshacerme de mis creencias para dedicarme a algo, e incluso cuando dibujo, sé que si lo hago con fe, lograré algo mejor.
“Cada quien tiene sus propias convicciones y motivaciones, y yo dibujo por el placer de expresarme y va desde lo abstracto hasta el retrato”, platicó el egresado de la School of Visual Arts NYC.
Desde su adolescencia, Roumie ha presumido con orgullo su fe católica; desde hace más de 20 años funge como Ministro Extraordinario de la Santa Comunión, que promueve este sacramento como incentivo de perdón y redención.
“Cuando algo nos lleva a tocar fondo nos asiste la fe y la necesidad de encontrarnos con nuestro yo interno. Yo me rompí, me desconocí, llegué a la desesperanza y reviví, y la fe me salvó”, acotó, sin querer ahondar en las razones que lo lo llevaron a esos momentos de oscuridad.
Pero fue hasta hace unos cinco años en que Roumie se involucró aún más con actividades religiosas por el placer de contribuir a una sociedad mejor.
“Hacer el bien significa dar un consejo honesto y sincero, significa ayudar, más que obtener un beneficio. Mi compromiso es conmigo mismo, y de ahí parto hacia un momento en que debo sentir que soy yo el que responde a un llamado de Dios para estar a su servicio.
“Lo acepto como un ser humano más de su comunidad y estoy presente para quien lo necesita. Ayudar significa escuchar, aportar, contribuir”, expuso Roumie.
El actor, quien ha participado en series como Ballers, The Good Wife y Chicago Med, lleva una relación muy cercana con otras personalidades del ambiente artístico que son católicos, como Mark Wahlberg, Matt Damon, Stephen Colbert y Jim Caviezel.
Junto con su esposa, Roumie promueve una fundación de ayuda a personas sin hogar por medio de iglesias de su comunidad.
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