El pasado 23 de enero se presentó en la Delegación Coahuila de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Federal, evidentemente) una petición de permiso que por lo menos levanta una ceja: “Residuos Peligrosos”. Acompañada de un concepto que no hace sentido; una disonancia cognitiva en el papel: “Centro de aprovechamiento”.
Como quien dice “plomo nutritivo”, o “dinamita segura”. Un oxímoron. Una contradicción sembrada con conocimiento de causa. Donde unos ven un campo de concentración y exterminio, otros inscriben la leyenda “con el trabajo se consigue la libertad” a su entrada. Pero no es en este tema, ni en Auschwitz en su día lo fue, un asunto de percepción, sino de hechos.
Se trata de un proyecto emprendido por PASA (Promotora Ambiental de la Laguna, S.A. de C.V.), para que Semarnat le autorice confinar “efluentes industriales contaminados con residuos peligrosos”, y “lodos contaminados con residuos peligrosos”.
Menos dañino al ecosistema, aunque también en el referido documento, se incluye la “trituración de lámparas fluorescentes”, así como “residuos ácidos y alcalinos, polímeros orgánicos y sales de aluminio y fierro”.
El lugar elegido para dicha tarea proyectan sea la colonia Villa de Fuente (conocida allende las fronteras de Piedras Negras, municipio donde se halla ésta, por la inundación de 2004 que provocó 38 muertos y 7 desaparecidos), dentro de un “centro de acopio” que ya existe.
Sin embargo, la geografía no se ha modificado. Es una obviedad, por tanto, decir que la zona sigue siendo inundable a la fecha. Y cercana al afluente del río Escondido. Inclusive transita un arroyo a 250 metros de las tentativas instalaciones. En el radio de una zona mixta habitacional a menos de un kilómetro de distancia.
Lo mejor del asunto para PASA es que la obra se realizaría con una inversión mínima: 3 millones 150 mil pesos. Nada, comparado con el dividendo que le redituaría ya que su edificación obedece a “la demanda de los clientes generadores de residuos peligrosos”. Ni siquiera el argumento clásico, de generar empleos, aplica aquí.
Y ubica los interesados en el mapa, aunque sin dar detalles para su identificación. Sólo indica que generan contaminación dentro de Coahuila y “estados colindantes”, sin mencionar nombres, lo cual motiva consecuentemente un par de preguntas: ¿Se trata solamente de Nuevo León y Tamaulipas, o también del sur de Texas? ¿El fracking entra en la ecuación?
Así la operación puede ocultar que, tras una simple validación oficial, aparentemente de rutina, nos convirtamos en el patio trasero de Estados Unidos. Todavía más, por supuesto.
El transporte de los contenedores tóxicos y la ruta a seguir hasta la franja fronteriza, es otro factor a tomar en cuenta. Un ejemplo: ¿y si ocurren accidentes en el trayecto a Piedras Negras, quién se responsabiliza y especialmente quién remedia los daños provocados?
De algún lugar a kilómetros de distancia tendrá que llegar un estimado de 5 mil 702 toneladas al año, medida para contabilizar el agua tóxica, y mil 426 toneladas anuales por lo que hace a lodos contaminados. El trasvase por sí mismo también es peligroso.
El punto a destacar es el costo-beneficio. Quién asume los riesgos, y quién se lleva las ganancias.
El 9 de febrero el trámite ingresó a evaluación de impacto ambiental a la espera de un veredicto. Y justo en ése momento de la historia nos encontramos.
Cortita y al pie
En defensa de PASA, alguien podría argumentar que mejor es pedir licencia y avisar, que tirar los “residuos peligrosos” al caudal de cualquier río pues de alguna manera tendrán que ser desechados por quienes los generan. O que todo proceso industrial invariablemente provoca contaminación y ésta, a su vez, es la consecuencia del desarrollo y progreso.
No obstante, en su exposición de motivos explica que, luego de un “proceso de tratamiento” en “tanques de almacenamiento”, se realizaría la descarga de las aguas originalmente tóxicas
(contaminadas con hidrocarburos, metales pesados, corrosivos, alcalinos y ácidos) a la red de drenaje de Piedras Negras “para reúso en diversos servicios”.
La última y nos vamos
Coahuila y su vocación histórica de basurero: somos la única entidad del País con dos CIMARI para confinamiento de residuos tóxicos (uno en General Cepeda y otro en Ramos Arizpe). ¿El caso que nos ocupa no merece por lo menos una pensada?
madpf
