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Gigafactory de Tesla en Nuevo León tendrá proveedores chinos, generando temores en Washington

La empresa planea construir un vehículo eléctrico de próxima generación más barato en una enorme instalación en el estado de Nuevo León

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Por: Grupo Zócalo 

Monterrey, NL.- En las afueras de Monterrey, los fabricantes chinos de autopartes están instalando plantas rápidamente para abastecer la próxima gran fábrica de Tesla.

De este modo, se suman más productores de China que abrieron instalaciones mexicanas en respuesta a los aranceles de la era Trump, y este nuevo aumento ha hecho sonar las alarmas en Washington.

El director general (CEO) de Tesla, Elon Musk, invitó a proveedores chinos a México para replicar la cadena de suministro local que tiene la planta de firma en Shanghái, según personas con conocimiento de la situación.

La compañía planea fabricar un vehículo eléctrico de próxima generación más económico en la Gigafactory de Nuevo León, en parte con la ayuda de 153 millones de dólares en incentivos del Gobierno local.

Las recientes llegadas de chinos a México incluyen a Ningbo Tuopu Group, Shanghai Bayon Precision Automobile Component, Suzhou Dongshan Precision Manufacturing, Zhejiang Yinlun Machinery y Chinaust Group, una empresa conjunta entre Lingyun Industrial y Georg Fischer AG. Estas empresas fabrican sistemas de calefacción y refrigeración, productos de absorción de impactos, componentes metálicos y otras piezas.

La planta de Tesla en Austin y otras de la empresa en Estados Unidos ya compran piezas de propiedad china fabricadas en México.

El valor de las autopartes chinas fabricadas en México y exportadas a Estados Unidos alcanzó mil 100 millones de dólares en 2023, 15 por ciento más que el año anterior, según datos preliminares no reportados anteriormente de la Industria Nacional de Autopartes (INA). El año pasado había 33 fabricantes chinos de autopartes registrados en México, 18 de los cuales exportaban a Estados Unidos, de acuerdo con la INA.

A pesar de las preocupaciones de los funcionarios del Gobierno estadounidense, tiene sentido que Tesla y otros fabricantes de automóviles quieran aprovechar la “cadena de suministro altamente organizada y eficiente” de China, consideró Venkatesh Prasad, director de innovación del Centro de Investigación Automotriz.

“Ningún fabricante en cualquier parte del mundo va a perder la oportunidad de incluir eso como parte de su propuesta de valor mientras intentan gestionar los márgenes”, dijo Prasad.
La guerra comercial que el entonces Presidente Donald Trump inició en 2018 ayudó a estimular la inversión china en países terceros como México. Para 2023, las empresas industriales chinas utilizaban 9.31 millones de pies cuadrados de espacio de parques industriales mexicanos, frente a 1.28 millones de pies cuadrados en 2019, según datos de mercado de la empresa de desarrollo Finsa.

La mayor presencia manufacturera de China en México se produce cuando sus exportaciones directas a Estados Unidos han caído a su nivel más bajo desde 2010.

Los vehículos eléctricos ensamblados en México también pueden calificar para un crédito fiscal al consumidor estadounidense de hasta 7 mil 500 dólares en virtud de la Ley de Reducción de la Inflación de 2022, la ley climática emblemática del Presidente Joe Biden. Para hacerlo, deben cumplir con límites estrictos sobre la cantidad de materiales para baterías provenientes de “entidades extranjeras de interés” o empresas con vínculos con países rivales como China.

Las empresas chinas que tienen “gran prisa por establecerse y convertirse en proveedores” de los fabricantes de automóviles occidentales están abriendo empresas refugio bajo las pautas comerciales mexicanas, destacó David Barrera, director de desarrollo de negocios en Nuevo León de Banco Base.

Los fabricantes de automóviles y algunos proveedores globales no se han pronunciado sobre esta tendencia por temor a poner en peligro sus propios intereses en China. Pero United Auto Workers (UAW) y la Asociación de Fabricantes de Piezas Automotrices de Canadá (APMA) han señalado lo que consideran un aumento “alarmante” de las inversiones de China en México para evitar la aplicación de la política comercial de Estados Unidos.

Los automóviles de pasajeros exportados desde el País están exentos de aranceles si cumplen con las normas comerciales del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC)

El gran miedo de Estados Unidos

Los abogados fiscales estadounidenses incluso han identificado un camino a través del cual una filial de propiedad china con sede en México podría construir vehículos eléctricos completos que calificarían para el crédito fiscal estadounidense de 7 mil 500 dólares, siempre y cuando los minerales o componentes de las baterías no provinieran de China. Este es un gran temor tanto para los fabricantes de vehículos eléctricos como para los funcionarios gubernamentales de Estados Unidos.

BYD, de China, superó recientemente a Tesla como el fabricante de vehículos eléctricos con más ventas en el mundo, en gran parte gracias a su línea de modelos asequibles.

En noviembre, miembros del comité selecto de la Cámara de Representantes de Estados Unidos sobre el Partido Comunista Chino le pidieron a la Representante Comercial estadounidense, Katherine Tai, que tomara medidas contra los fabricantes chinos “que se preparan para inundar los Estados Unidos y los mercados globales con automóviles, en particular vehículos eléctricos”, apuntalados por “masivos subsidios”. En respuesta, Tai escribió que la Administración Biden tiene “los ojos claros” sobre los planes chinos y está buscando formas de hacer que los aranceles de la era Trump sean “más estratégicos”.

La Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, viajó a México en diciembre para llegar a un acuerdo sobre el fortalecimiento del control de la inversión extranjera en el País.

BYD, Chery Automobile y la marca MG, de SAIC Motor, ya están buscando abrir plantas en México. Estos fabricantes podrían iniciar la construcción en cuatro años, comenzar la producción en seis años y luego exportar vehículos a Estados Unidos, sostuvo el consultor de Roland Berger, Oscar Silva Eguibar.

“La única forma en que las empresas chinas puedan evitar las medidas antidumping y realmente poder exportar vehículos eléctricos a Estados Unidos sería estableciendo plena capacidad de fabricación en México”, señaló.
Bloomberg informó a principios de este mes que la Administración Biden estaba considerando restringir todas las importaciones de autos inteligentes eléctricos chinos, sin importar dónde se ensamblaran. A los funcionarios estadounidenses les preocupa que la gran cantidad de datos que recopilan estos vehículos pueda presentar amenazas de piratería o de seguridad nacional.

El fabricante chino de baterías Contemporary Amperex Technology está considerando construir una planta en México, y empresas como BYD han expresado interés en la minería de litio en el País. China domina la extracción y el procesamiento de minerales críticos como el litio, necesario para las baterías de vehículos eléctricos, lo que aumenta las preocupaciones de Estados Unidos.

La renegociación del T-MEC en 2026

Flavio Volpe, presidente del grupo comercial de fabricantes canadienses de autopartes APMA, advirtió que los proveedores chinos respaldados por el Estado mexicano podrían desplazar las inversiones impulsadas por el mercado de las empresas norteamericanas.

Las preocupaciones de Estados Unidos y Canadá podrían conducir a cambios en la próxima revisión del T-MEC en 2026, advirtió Kelly Ann Shaw, socia del bufete de abogados Hogan Lovells en Washington, que se ha centrado en el comercio internacional.

“Se podría ver una situación en la que, si hay un problema real de piezas chinas que cruzan la frontera, quienquiera que sea el Presidente estadounidense diga: ‘simplemente vamos a exigir más compromiso de México para detener eso'”, comentó
Mary Lovely, investigadora principal de Economía Internacional del Instituto Peterson en Washington, cree que Estados Unidos debe elegir su lugar en cuanto a medidas proteccionistas, porque demasiadas podrían sofocar la innovación y encarecer demasiado los vehículos.

“Si no hay participación china, ¿cómo mantenemos competitiva la industria?”, cuestionó Lovely. “Si intentamos producir todo con salarios estadounidenses, terminaremos con un vehículo que no puede competir en ningún sentido”.
 

Información por Bloomberg

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