Por FRANCISCO VARGAS M. (Enviado Especial)
Ciudad de México, CDMX. Lunes 5 de febrero de 2024.- Triunfal y sentida despedida ante la afición capitalina, fue la que tuvo el afamado rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza, quien cortó dos orejas a su segundo toro, lo que le dio las llaves para abrir y salir en hombros por la ‘Puerta de El Encierro’ de la Plaza México, en lo que fue la Tercera Corrida de la Temporada de Reapertura, segunda para conmemorar en su día el 78 Aniversario del coso de Insurgentes, festejo en el que Ernesto Javier “Calita” cortó una oreja como premio a su depurado oficio y torería; y el joven lagunero Arturo Gilio, también cosechó un apéndice bien ganado al toro de su confirmación de alternativa.
Una vez que se rindió honores al lábaro patrio y se entonó el Himno Nacional, que hizo cimbrar la Plaza México, continuando con el grito al unísono de México, México; vino por parte del empresario, ganadero y arquitecto Javier Sordo Madaleno, palabras de agradecimiento a la afición, por su apoyo a la fiesta, entregando también una placa como reconocimiento al
aficionado don Emilio Checa, de casi cien años, quien estuvo presente el día la inauguración del gran coso.
Ante un lleno total, clima agradable, con cielo despejado y algunas ráfagas de viento, se jugó un encierro de la ganadería queretana de Los Encinos, correcto de presentación que no presentó complicaciones. Los de rejones, primero, regular; segundo un tanto rajado y más pegado al piso. Para lidia ordinaria, primero, dócil con fijeza y claro, premiado con palmas en el arrastre; segundo, con recorrido y obediente, también palmas en el arrastre; tercero, noble con fuerza medida; cuarto con poca fuerza.
PABLO HERMOSO DE MENDOZA (Rejoneador)
Una vez que brindó a Alejandro y Juan Pablo Bailleres, montando a “Regalis”, recibió a “Arias”, número 34, con 542 kilos, lo enceló a la grupa para fijarlo, dejando al estribo dos rejones de castigo en lo alto. Con “Verdín”, dejó dos banderillas en buen sitio, para posteriormente torear templadamente a la grupa a la mínima distancia. Arriba de “Ilusión”, colocó otro par de banderillas para con “Malbec”, de manera espectacular dejó tres rosas y banderillas a dos manos, cayendo una de ellas a la arena. Una vez que colocó el rejón de muerte escuchó merecidas palmas.
Montando a “Nomada”, recibió al cierra plaza de nombre “Manuel”, número 63, con 484 kilos, al que le clavó un rejón de castigo. Con “Verdín”, enceló a la grupa al astado, colocando una banderilla trasera, llevando cosido al toro, cambiándole a la minina distancia los lados de su cabalgadura; dejando banderillas más en mejor sitio dándole todas las ventajas al toro, pasando por dentro de manera espectacular. Con “Malbec”, entre las nostálgicas notas de “Las Golondrinas” y el grito de torero, torero, puso dos banderillas más sin faltar piruetas, encelando al rajado toro a la grupa. Montando a “Generoso”, dejó dos rosas haciendo el desplante del teléfono dejando el rejón de muerte en buen sitio para que el juez le concediera las dos orejas como premio a lo realizado como a su gran trayectoria.
ERNESTO JAVIER “CALITA” (Verde Bandera y Oro)
A su primero “Miguel”, herrado con el número 54, con 495 kilos, lo saludó en el centro del ruedo con una larga cambiada de hinojos, verónicas jugando los brazos con manos bajas y chicuelinas armoniosas cerrando, soltando una punta de su capote. Con mucha torería por chicuelinas al paso lo llevó al piquero, quitando por vistosas navarras. Una vez que se realizó la devolución de trastos, Ernesto brindó al respetable, para situarse en la boca riego e iniciar su artística faena con un pase cambiado por la espalda, derechazos en redondo y de
pecho. Siguió con series misma mano llevando muy bajo el engaño, siendo molestado por el viento en su segunda tanda por lo que hizo una pausa para continuar con derechazos largos de gran temple. Por el izquierdo con ese mismo asentamiento, trazó naturales tersos ante un toro que empezó a buscar las tablas. Para concluir vinieron dosantinas y torero cambio de mano por delante, ligando el de pecho. Se fue con todo tras el acero entregando el pecho, sufriendo un fuerte golpe en un costado, dejando una estocada tendida y atravesada siendo premiado de manera justa con una oreja.
Su segundo fue “Del Río”, marcado con el número 62, con 481 kilos, mismo que salió arrastrando los cuartos traseros, abrevió con capa, recibiendo también poco castigo en varas. Montera en mano con pinzas comenzó su faena pulcra, cerebral, de serenidad y oficio en los medios, con series en diestra mano a media altura sin exigirle al noble astado que le faltaba fuerza, siguiendo en esa labor de enfermero consintiendo al cárdeno al que le extrajo pases templados sin apretar y exigir intercalando cambios de mano por delante. Por el izquierdo estuvo en ese mismo tenor de torería y temple intercalando adornos como pase afarolado y cambios de mano por delante. Tiró ayudado a la arena para darse a torear por joselillinas. En la suerte contraria pinchó al primer viaje dejando en el otro una entera
contraria recibiendo calurosa ovación que agradeció en el tercio.
ARTURO GILIO (Azul Marino y Oro)
El primero de la tarde se llamó “Carlos”, número 61, con 485 kilos, toro de su confirmación de alternativa, al que recibió lanceando a la verónica de manera armoniosa a pies juntos y posteriormente abriendo compás cerrando de manera pinturera soltando una punta del capote. Después de un brevísimo puyazo, quitó de manera ajustada por gaoneras, viniendo enseguida la ceremonia de confirmacion. Brindó de manera cariñosa a su señor padre de mismo nombre, para iniciar muleta en mano rodillas en tierra por pases por alto, cambiado por la espalda y de pecho. Ya incorporado trazó series por el derecho, mismas que tuvieron eco ante las francas y nobles embestidas del cárdeno que no estaba sobrado de fuerza. Por el izquierdo, dándole sus tiempos al burel, cuajó tandas de naturales templados intercalado molinete y de pecho, así como en su segunda serie el adorno de afarolado. Se pasó la sarga a la diestra, para lograr más series con largueza y temple, intercalando cambio de mano por delante. Con determinación su fue por uvas, dejando una estocada entera de efectos inmediatos teniendo gran petición de oreja, que el juez Gilberto Ruiz Torres acertadamente le otorgó.
“Dionisio”, fue su segundo, número 53, con 483 kilos, berrendo y botinero, al que lanceó de buena manera a la verónica. En loque toca con muleta, ante un toro con poca fuerza, logró un trasteo entendido sacando pases por ambos lados meritorios, a base de consentir y llevarlo a la altura correcta, siendo los mejores de ellos los logrados por el izquierdo, intercalando dosantina y de pecho. Acortó las distancias para robarle otra dosantina para colocar en la suerte suprema el acero en buen sitio para palmas.
Al final de esta interesante corrida, salió en hombros Pablo Hermoso de Mendoza, quien se despidió de esta manera triunfal de la afición capitalina.
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