Ciudad de México.- La cuesta de enero se complica con el encarecimiento de frutas, verduras, granos y proteínas, lo cual causa un impacto directo en el bolsillo de los hogares, señaló la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).
En un análisis que realizó a nivel nacional, detectó aumentos de precios de hasta 233 por ciento, una cifra muy por arriba de los niveles de inflación general, que en la primera mitad de enero llegó a 4.9 por ciernto a tasa anual.
En lo que va del año, el precio de la calabacita ha aumentado 233.31 por ciento, encontrándose en Tijuana hasta en 150 pesos el kilogramo. En tanto, la cebolla aumentó 150 por ciento y en San Luis se vende hasta en 78 pesos.
Por su parte, el jitomate saladet subió 116.10 por ciento, encontrando en Hermosillo un precio de hasta 75 pesos.
La piña (77.97 por ciento), las lentejas (59.74 por ciento), las papas (51.38 por ciento), el frijo (48.58 por ciento), la manzana (48.33 por ciento) y el limón (46.15 por ciento) son otros productos que se han encarecido de manera importante.
Las proteínas no se quedan atrás: la lata de atún en agua se encareció 55.62 por ciento; el filete de tilapia, 62.84 por ciento; la milanesa de res, 79.47 por ciento; la milanesa de cerdo, 45.60 por ciento; la pechuga de pollo, 79.47 por ciento; el huevo, 53.75 por ciento y la leche, 59.58 por ciento, según la Anpec.
Esto ha provocado una obligada caída de consumo de aproximadamente 25 por ciento, pues a los consumidores no les alcanza para comprarlos, afirmó la asociación.
“La inflación va a todo galope en la economía mexicana, haciéndose sentir en esta cuesta de enero, especialmente en los productos alimenticios esenciales que todo hogar requiere consumir para una adecuada nutrición”, dijo Cuauhtémoc Rivera, presidente de Anpec.
El estudio realizado demuestra que no es que la gente no quiera comer sano, su limitado poder de compra y el alto costo de los alimentos son los factores que se lo impiden, añadió.
AAG
