
Por: Grupo Zócalo
Nueva York.- Desde 2021, los niños migrantes viajan solos a Estados Unidos en cifras récord: Casi 400.000 niños han cruzado solos la frontera sur, la mayoría huyendo de la pobreza extrema.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos se encarga de colocar a estos niños con padrinos adultos. Aunque aproximadamente un tercio de los niños se reúnen con sus padres en Estados Unidos, el resto vive con otros familiares o incluso con desconocidos.
El New York Times analizó los datos del H.H.S. para determinar las zonas del país con mayor concentración de niños inmigrantes enviados a padrinos que no son sus padres.
He aquí dónde van a parar.
Muchos de estos niños emigrantes no acompañados proceden de zonas rurales de Centroamérica que se vieron devastadas por la pandemia y sus consecuencias económicas. En las tierras altas de Guatemala, por ejemplo, el trabajo se agotó y los precios de los alimentos se dispararon.
Hace una década, la mayoría de los niños migrantes no acompañados eran entregados a sus padres. Pero desde 2017, eso ha cambiado: la mayoría de ellos van ahora con patrocinadores que no son sus padres. A menudo se espera que esos niños encuentren trabajo y ayuden a sus familias en casa.
Trabajadores sociales, profesores y abogados que trabajan con niños migrantes estiman que la mayoría de estos niños terminan trabajando a tiempo completo, a menudo en trabajos peligrosos que violan las leyes laborales.
El Times obtuvo datos detallados sobre los lugares donde se liberaba a los niños migrantes tras demandar con éxito a H.H.S. una serie de documentos en octubre de 2022.
El Times ha utilizado esta base de datos para identificar pequeños pueblos y barrios urbanos en los que un número desproporcionado de niños migrantes vivían sin sus padres.
Algunos de los niños que viven en estos grupos han sufrido graves lesiones en el trabajo, como Marcos Cux, que quedó mutilado en una planta avícola de Perdue Farms en Virginia. Otros han tenido dificultades para seguir estudiando, como Carolina Yoc, que intentaba compaginar el noveno curso con un trabajo nocturno a tiempo completo empaquetando Cheerios. Ambas vivían en códigos postales en los que más del 90% de los niños inmigrantes fueron entregados a patrocinadores que no eran sus padres.
Para ayudar a otros a estudiar e informar sobre esta fuerza de trabajo, el Times publica un conjunto de datos de 553.322 filas que detalla con nueva especificidad dónde han acabado los niños migrantes tras llegar a Estados Unidos por su cuenta.
Con información de The New York Times
DMC