Por Grupo Zócalo
Lerdo, Durango.- El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza no fue el ganador de la noche, pero sí el más ovacionado por el público lagunero, que reconoció con palmas su labor en el ruedo, marcando una despedida emotiva de la Plaza de Toros Alberto Balderas de Lerdo, mientras que Diego San Román se llevó los créditos al cortar tres orejas.
Una extraordinaria entrada en la llamada ‘Plaza del Romance’, para presenciar la última presentación del navarro en suelo lagunero, con su cuadrilla de caballos bien presentados que hicieron vibrar el inmueble, donde la ovación estremeció hasta el último rincón, pues el deleite de verle en acción mitigó la ansiosa espera para ese momento.
Hermoso de Mendoza, quien acudió con cinco caballos de su cuadra, cumplió con su primer astado, “Tragalongo” de 484 kilos, al que le cortó una oreja. Lo trabajó y pudo sacarle bravura al astado para el rejón, ahí puso toda su experiencia, la torería de sus caballos y sus evidentes ganas de triunfar.
El matador David San Románsaltó al ruedo para encarar el segundo toro de la tarde, “Príncipe” de 494 kilos, dando continuidad al mano a mano en el adiós de Pablo Hermoso de Mendoza.
A milímetros de pitones, San Román se jugó la vida y respondió de manera temeraria segundos antes de echar suerte con el acero. Luego el público gritó: “¡torero, torero, torero!”, lo que motivó al diestro, que respondió igual a pulso la decisión del respetable en el preámbulo de la segunda oreja de la tarde.
Diego San Román se llevó su primera oreja, hizo buena faena, mató a la primera y el público presionó al juez de plaza para que le otorgara una segunda, pero no cambió su decisión. El matador cumplió con la expectativa y se emparejó con el rejoneo de Mendoza.
Pablo Hermoso se despidió con ‘Picueco’
En su segundo de la tarde, Pablo Hermoso lidió a “Picueco”,ejemplar de 489 kilos de canal y lote 576. Lo encaró con pasos laterales y un firme banderilleo, quiebros espectaculares, el toreo a la grupa, encelando al toro hasta casi dejar que los pitones tocaran al caballo. Eso emocionó al respetable.
El rejoneador español deleitó a la grada lagunera con su impecable estilo frente a Picueco, lamentablemente en la suerte con la espada perdió la oportunidad de llevarse la segunda oreja en su cuenta, pinchó tres veces y fue despedido al ritmo de Las Golondrinas, ese fue el momento más emotivo de la corrida.
El último toro, de nombre “Escritor” de 505 de peso, el picador Eduardo Rivera se cayó de cabeza ante la embestida del burel, fue llevado a los servicios de emergencia para ser atendido, pero San Román completó la faena con dos apéndices más para ser el ganador de la noche.
Con información de Milenio
AFPR
