Por Ulises Juárez
Saltillo, Coah.- Durante la apacible tarde del lunes, la vida de María Guadalupe Ramírez Meza, de 39 años, junto a sus dos hijas, Perla Esmeralda Ramírez, de 20, y la pequeña Kimberly de 2, se vio envuelta en una tragedia inimaginable.
Su destino era un centro de recolección, donde planeaban vender latas de aluminio, actividad que representaba mucho más que una simple transacción, era la lucha diaria por un sustento que les permitiera sobrevivir.
El fatídico desenlace ocurrió en el cruce de las calles Pedro Ampudia y Miguel Barragán, cuando Daniel “N”, desconsideradamente, ignoró una señal de alto. Este acto imprudente le arrebató el derecho de paso a un taxista, convirtiendo el cruce en el escenario de una tragedia familiar.
El impacto desmedido proyectó con fuerza la unidad hacia las tres mujeres, cegando la vida de María y Perla, mientras dejaba a la pequeña Kimberly luchando por su vida con lesiones graves en el Hospital Materno Infantil.
Entre lágrimas, los familiares llegaron al lugar para enfrentar la cruel realidad de la pérdida de la madre y su hija. La incredulidad se reflejaba en sus rostros, negándose a aceptar la partida de quien, sin importar las dificultades, siempre encontraba la manera de alimentar a su familia.
Este trágico incidente no sólo le arrebató el pilar principal a una familia, además truncó los sueños de una joven y deja pendiendo de un hilo la vida de la pequeña de 2 años.
Las lágrimas derramadas no sólo son el reflejo de una pérdida irreparable, sino también del impacto emocional que esta historia ha tenido en sus seres queridos y en todos aquellos que presenciaron el accidente, que aunque no interactuaban con la familia, conocían su historia de lucha por tener alimento.
AFPR
