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Cruza el río Bravo para vender ‘bolis’ en Piedras Negras

Un vendedor ambulante logró su “sueño americano” en la frontera de PN con la crisis migratoria actual.

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Piedras Negras, Coah.- Han pasado casi tres meses desde que Sixto decidió dejar las calles en donde hacía su recorrido para vender sus helados o “bolis”, para hacerlo en el río Bravo, donde se introduce para vender sus productos a personas migrantes que cruzan el afluente.

El hombre de 35 años y quien es padre de cinco hijos de  20, 16, 15, 7 y 5 años de edad, cruza el río Bravo a unos metros del puente internacional número 2, por donde algunas personas esperan a que las autoridades estadounidenses les den pasada a territorio estadounidense.

Son casi las 14:00 horas de un día soleado y una temperatura alta de hasta 40 grados a pesar de que ya ha entrado el otoño a Piedras Negras, Coahuila.

Sixto llega apurado, luego de ir por sus hijos más pequeños a la escuela, baja el carrito de bolis y empieza a llenar una hielera con helados de diferentes sabores.

Sabe que tiene sólo unos minutos para poder vender sus productos, pues indica que las autoridades de Estados Unidos en la frontera de Eagle Pass, Texas, les dan paso cuando se juntan más de 50 personas.

Sixto se apura para introducirse hábilmente en el afluente mientras carga la hielera, camina haciendo una curva, no derecho, pues sabe dónde es complicado pasar y puede poner en peligro su integridad.

Pronto llega al otro lado, donde en medio de las hileras de alambre de púas, personas en situación de migración esperan, hay entre el grupo principalmente personas de Venezuela, pero también hay algunos asiáticos que han llamado la atención.

Tras vender todo el producto, Sixto regresa rápidamente a Piedras Negras, sólo comparte algunas palabras mientras llena nuevamente la hielera para poder regresar de inmediato.

“Yo les llevo bolis para que se refresquen, hace mucho calor y ellos están con sed”, agregó.
“Tengo que llevarles rápido más bolis porque ya no tardan en abrir”.
A Sixto no le dicen nada ni las autoridades estadounidenses ni las mexicanas, porque asegura que saben que es un hombre de trabajo, que va a vender un producto que además requieren las personas migrantes.

“Ellos requieren algo fresco, a veces me encargan aguas o refrescos”.
Tras volver, luego de tres vueltas que ha realizado, Sixto parece que no está cansado, aun cuando el cruce es pesado y más cuando se hace bajo los intensos rayos del sol.

Se da unos minutos para platicar y relata que por su trabajo tiene oportunidad de estar presente con sus hijos más pequeños, por lo que se levanta temprano para llevarlos a la escuela.

Tras dejarlos, se va al río Bravo para empezar a vender su producto, por lo que lo hace con autoridades o personas que se encuentran bajo el puente, luego está al pendiente de que crucen personas migrantes para ir a vender.

Cuando dan las 11:00 horas empieza a recoger, pues en breve tendrá que ir por su hijo que asiste a un jardín de niños, luego va por su hija a la primaria y se los lleva a su casa, para posteriormente regresar al río.

Con su trabajo, indica que le alcanza para vivir cómodamente, para poder mantener a sus hijos pequeños y darles estudio.

Es originario de Michoacán y ya tiene muchos años que llegó a la frontera, por lo que empatiza con las personas que se encuentran en situación de migración, ya que él fue migrante en su momento.

Sabe que muchos logran cruzar, pero en condiciones difíciles, algunos o varios de ellos deshidratados y con sus bolis pueden hidratarse un poco y refrescarse.

Afortunadamente no le ha tocado ver alguna situación difícil, como algún ahogamiento, pero observa cómo van personas muy cansadas, y fastidiadas del camino.

Le ha tocado conocer a personas de Cuba, Honduras, El Salvador, Colombia, Brasil y otras nacionalidades.

“Cada quien trae su necesidad, vienen de diferentes países”, comentó.
“Uno me dijo ahorita, si yo estuviera en mi país bien yo no tendría nada que hacer acá sufriendo, pero desgraciadamente los gobiernos de esos países nos obligan a venirse para acá”, subrayó.
Para Sixto es importante el trabajo, hacerlo con fortaleza, responsabilidad y esforzase sobre todo, por lo que destaca que en Piedras Negras ha encontrado un hogar donde ha salido adelante.

Tiene la visión de hacer un negocio más grande, por lo que se esfuerza y enfatiza que no se necesita ir a Estados Unidos para salir adelante, sólo enfocarse en hacer bien las cosas y trabajar mucho.

“Si ahora me va bien, mañana vengo y quiero sacar más”, resalta.
 

Quería ver a Elon Musk 

Sixto lamenta que no tuvo oportunidad de ver a Elon Musk, el propietario de Tesla, aun cuando siempre está en el río Bravo.

“No me tocó verlo, me hubiera gustado verlo, siento que es una persona que a lo mejor puede ofrecer un trabajo mejor”, indicó.

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