
Piedras Negras.- Con síntomas de golpe de calor, deshidratados, con ampollas severas y exhaustos, llegan cientos de migrantes que arriban a Piedras Negras por la carretera 57 y son atendidos y auxiliados por elementos de la Cruz Roja.
A bordo de tres ambulancias, los paramédicos atienden a mujeres, niños y hombres adultos quienes desfallecen ya cansados de caminar kilómetros y de semanas de viajar desde sus países de origen.
Llegaron esta mañana de martes en el tren procedentes de Monclova, donde duraron varios días atorados, y ahora ya a pocos kilómetros de la frontera hacen su último esfuerzo.
Mujeres con hasta tres hijos quienes se ven con una cara de asombro, de tristeza, de cansancio y de angustia por el viaje y no saber si al atenderlos en la ambulancia vayan a ser trasladados a Migración.
Principalmente de Venezuela, pero también de Ecuador, Colombia y otros países de Sudamérica, el caribe y Centroamérica, la caravana avanza mientras algunos se frenan a hidratarse.
El drama migratorio se ve en vivo, crudo, desgarrador, con mucho sentimiento porque son los niños y niñas quienes más lo sienten, quienes más sufren junto a sus papás para alcanzar lo que los adultos creen es el sueño americano.
AAG