Por Nahomi Jaramillo
Saltillo, Coah.- Marcelo Juárez recorrió por última vez el prado central en donde fue su casa por décadas, en el lugar en que su número permanece retirado, en un estadio Francisco I. Madero que lo recibió una vez más antes de que fuera a su última morada.
Por la tarde el diamante de la Nave Verde se vistió de luto para despedir a un gran beisbolista mexicano, quien por años portó la franela y dirigió al equipo coahuilense.
Entre lágrimas y aplausos se recibió la carroza fúnebre, la cual se detuvo en el jardín central para que los restos de Marcelo Juárez posaran frente a la enorme pantalla que reflejó la foto del inmortal jardinero junto con el número 44 que ya nadie portará jamás en el Dragón del Norte.
Los restos de Juárez continuaron su camino para seguir con la gran ceremonia que la directiva le preparó a la familia y aficionados que se dieron cita.
La caja color madera fue bajada del vehículo por trabajadores y familia del equipo, mientras los asistentes brindaron aplausos y chiflidos hasta su arribo al home.
Posteriormente, a través de la pantalla, proyectó un video con la semblanza del jardinero central de Saraperos, quien por 11 temporada portó el 44 en su jersey.
Tras un minuto de aplausos, la caja fue abierta para que su querida esposa, con quien compartió toda una vida lo viera una vez más sobre el diamante.
“Él siempre va a estar con nosotros, siempre salimos adelante y ya está descansando”, dijo Amelia Alarcón, esposa de Marcelo Juárez.
En dicho homenaje estuvieron presentes sus hijos, quienes también le dieron las últimas palabras en el escenario que lo vio convertirse en una leyenda en el beisbol.
“Se le cumplió su sueño, el domingo a las 4:30 horas dejó de existir mi padre, ahora es un inmortal pero su nombre quedará grabado para siempre. Quiero agradecer a Saraperos por está inolvidable y hermosa experiencia, aficionados y personas que estuvieron aquí”, dijo uno de sus hijos.
Los más pequeños de la familia también se hicieron presentes y en voz de uno de los nietos agradeció todos los consejos e historias que les dio su abuelo para continuar recordándolo.
“Creo que hablo por todos los nietos, me acuerdo que cuando íbamos a una casa siempre los papás de nuestros amigos preguntaban si éramos nietos de Marcelo Juárez y es un orgullo ser tu nieto, siempre vas a ser el mejor, siempre te voy a recordar y siempre voy a hablar de tí con todo el orgullo que te tengo”.
Así, sus familiares y amigos más allegados al beisbolista lo recordaron como una gran persona, como lo comentó Juan García Gaytán, quien por cinco años fue su bat boy cuando Juárez dirigió a los Saraperos de Saltillo.
“Marcelo, amigo de todos los deportistas, yo fui tu bat boy por cinco años y como dice la frase, ‘todo se lo debo a mi mánager’”.
Luego de las emotivas palabras llegó la hora de despedirse a un grande, pasando los amigos y familiares a verlo por última vez.
Muchos se fotografiaron junto a los restos, otros se acercaron a dar las gracias por tantas experiencias, pláticas y anécdotas dentro de los diamantes y luego de una hora el féretro fue cerrado por uno de sus hijos, quien ya no quería ver sufrir a sus familiares.
Finalmente, el nacido el Río Bravo, Coahuila hizo su último recorrido en el campo para continuar su camino hacia el cielo.
Este fin de semana, se llevará a cabo una última ceremonia en Río Bravo, Coahuila, antes de sepultar sus restos en el lugar que lo vio nacer.
AFPR
