Por: Grupo Zócalo
Zacatecas.- El 12 de noviembre del presente año cambió la vida de los pobladores de El Durazno, una comunidad ubicada en el municipio de Jerez, Zacatecas, pues a partir de ese día se vieron forzados a abandonar sus casas.
¿El motivo? Decenas de camionetas con hombres armados irrumpieron en el poblado para amenazar a sus habitantes, luego de que fueron denunciados ante las autoridades.
“Ya llegamos a El Durazno, hijos de la chin#$%, para que nos sigan denunciando con la Guardia Nacional”, gritaron los sicarios ese 12 de noviembre. De acuerdo al diario El Sol de Zacatecas, dicha incursión fue como represalia por un operativo realizado el 4 de noviembre, en el que fueron detenidos 16 pistoleros a manos de la Guardia Nacional.
Días después, el 24 de noviembre, los sicarios asesinaron a tres jóvenes y realizaron al menos dos ataques con granadas de fragmentación a domicilios particulares.
Uno de estos ataques ocurrió en la casa de un hombre de la tercera edad que recientemente llegó a Jerez, luego de vivir varios años en Estados Unidos. Según testimonios de los vecinos, los criminales le dispararon en la cabeza y después destrozaron su hogar con explosivos.
Este segundo hecho terminó por ahuyentar a los pocos habitantes que quedaban en El Durazno, convirtiendo al lugar en un pueblo fantasma.
Aunque a esa región ya comenzaron a llegar elementos del Ejército mexicano y la Guardia Nacional, los pobladores, alrededor de 500, se niegan a regresar a sus casas y negocios, por temor a una nueva represalia por parte del crimen organizado.
Solo algunos pocos habitantes se han atrevido a regresar a sus hogares, pero solo para llevarse sus pertenencias, que logró entrevistar a algunas de estas personas, quienes señalaron que hasta el párroco del lugar y algunos feligreses acudieron al templo de San José del Durazno, para llevarse la imagen del santo patrono y resguardarlo temporalmente en otra parroquia cercana a la comunidad.
