
Por Excélsior
Ciudad Juárez.- El obispo de la Diócesis de El Paso, Texas, Mark Joseph Seitz, acudió este sábado al campamento que improvisaron al aire libre los venezolanos deportados de los Estados Unidos, quienes han preferido permanecer al margen del río Bravo, entre ambas fronteras.
Alrededor de las 10 de la mañana, el sacerdote platicó he hizo oración con los migrantes, a quienes les dio esperanza cristiana y de paso consideró que el trato de las leyes para los humanos en tránsito es inhumano.
Opinó que su gobierno, de Estados Unidos, “debe respetar sus propias leyes que contemplan el asilo político”.
Anunció que llevará apoyos como auxilio médico al campamento, entre otras necesidades que los venezolanos dijeron tener.
Unos 400 migrantes que se han instalado en casas de campaña justo frente a la frontera de México con Estados Unidos, entre las ciudades de Ciudad Juárez y El Paso, han sufrido las inclemencias del tiempo, y han tenido que quemar hasta ropa que les es regalada, para calentarse un poco.