Por: Manuel Rodríguez Muro
Piedras Negras, 16 de julio 2022.- En el Ejido San Isidro se encuentran las huellas de la historia de la antigua hacienda que llevara el nombre del único santo con botas, San Isidro Labrador, se localiza a 18 kilómetros de la cabecera municipal de Piedras Negras sobre la Ribereña rumbo a ciudad Acuña en el estado de Coahuila.
Parte de la historia de esta frontera sobrevive oculta en cada uno de los adobes que dan forma a dos construcciones que datan de 1870, una de estas conocidas como La Casona de San Isidro.
Es un caserón que ha sufrido los embates del tiempo y que con el paso de los años ha logrado sobrevivir al olvido y al intento por regresarle su esplendor sin que aún se consiga.
El caserón sirvió de posada al Barón de Cuatrocienegas, Don Venustiano Carranza, incluso hospedó a Porfirio Díaz.
El coronel Fructoso García Lozano, primer presidente municipal de Villa Garza Galán, hoy mejor conocido como ciudad Acuña, mandó construir la casona hace más de 130 años, en ella vivieron dos generaciones descendientes del coronel y su esposa, la señora María de Jesús Zuazua.
La otra construcción de esta exhacienda es la capilla de San Isidro Labrador que originalmente se encontraba en el presidio del viejo Monclova y que fue construida en 1702.
Adobe por adobe, la capilla fue trasladada por el coronel Fructoso García en 1880 y desde entonces, y ya restaurada, forma parte de este atractivo turístico del viejo Piedras Negras.
La vieja casona fue, incluso, la inspiración para que el cineasta Alfonso Arauo filmara la película ¨Como agua para Chocolate¨ al construir una réplica muy cerca de la Presa de La Amistad en ciudad Acuña.
Sus habitantes en su mayoría residen en los Estados unidos, los más adultos son quienes trabajan sus tierras.
El ejido San Isidro es uno de los pocos lugares en esta frontera donde aún se trabaja el campo, es un lugar donde el aroma a provincia se percibe en cada uno de sus rincones, sus nogaleras, sus acequias, sus viejas construcciones y no se diga de sus habitantes, amables y hospitalarios como pocos.
Sin duda el ejido San Isidro es un digno lugar para visitar y conocer un poco más de la historia de esta frontera llamada Piedras Negras.
