Por Carlos Rodríguez
Saltillo, Coah.- La Conferencia del Episcopado Mexicano pide a los sacerdotes salir de los templos para oficiar las misas en lugares manchados de sangre, en donde hayan ocurrido tragedias como homicidios, feminicidios y desapariciones forzadas, para visibilizar la violencia que se vive en el país y pedir por la paz.
Es la respuesta al debate entre el Ejecutivo federal y la Iglesia católica en torno a la estrategia de seguridad, que ha sido cuestionada por los obispos de México, quienes han asegurado que los abrazos no alcanzan para cubrir los balazos, y que luego el presidente Andrés Manuel López Obrador ha cuestionado que el conservadurismo está detrás de estos cuestionamientos.
En el documento firmado por el presidente de la CEM, Rogelio Cabrera, se lee que los jerarcas católicos opinan que las desapariciones y asesinatos que se cometen en el país diariamente son un llamado de Dios para unirse en oración y pedir por la paz.
Es por ello que proponen cuatro acciones, entre las que destaca que se celebren misas y oraciones comunitarias en lugares específicos que representen a todas las personas desaparecidas, o donde haya ocurrido una muerte violenta, para hacer memoria de la muerte y resurrección de Cristo en estos lugares donde hubo mucho dolor.
También se pide que en las misas del 10 de julio se haga memoria de los sacerdotes, religiosos y religiosas, pidiendo por ellos y mostrando sus fotografías, como un sentido memorial. Del mismo modo, que el día 31 de julio se ore y se ofrezcan misas por la conversión de los victimarios.
Además queda a decisión de cada diócesis organizar otras actividades, como vigilias y horas santas.
