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El padre Joaquín, uno de los dos sacerdotes asesinados en Chihuahua, colaboró en Parras

Actualmente, la iglesia en el Pueblo Mágico coahuilense, es dirigida por un grupo de sacerdotes Jesuitas

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Por Edith Mendoza

Saltillo.- Joaquín César Mora Salazar, uno de los dos sacerdotes misioneros jesuitas asesinados este lunes en un templo de la Sierra Tarahumara de Chihuahua, en la década de los 90’s fue colaborador en la Parroquia de Santa María de Las Parras, ubicada en Parras de la Fuente, donde es bien querido y recordado.

Actualmente, la iglesia en el Pueblo Mágico coahuilense, es dirigida por un grupo de sacerdotes Jesuitas, encabezados por el padre Antonio Ávila Muñoz, quien vía telefónica en entrevista para despega con Chuchuy de Tele Saltillo, exigió justicia y que no se repitan esta clase de actos.

Cabe recordar que los religiosos en su intento por proteger a un hombre que huía de un grupo de sicarios en el municipio de Urique en Chihuahua. Los delincuentes se llevaron los cuerpos del perseguido, así como de los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar.

Ávila señaló que el padre Joaquín, estuvo un tiempo en Tampico donde tuvo una cercanía muy fuerte con una colonia muy pobre en Nadadores, labores en donde involucró a estudiantes de un colegio de clase social media. Luego para los 90´s, estuvo sirviendo en la comunidad de Parras de la Fuente, para luego integrarse a la iglesia en Chihuahua.

Recordó también al padre Javier Campos (Padre Gallo) con quien justo convivió hace un mes en la Reunión de Superiores que tuvo lugar en Puente Grande, Jalisco. “Un sacerdote muy alegre, dicharachero, muy cercano a la gente, muy sencillo en su trato, nada rebuscado en su lenguaje, él sabía que le pertenecía a la comunidad rarámuri, sabía que había nacido para servir al pueblo Tarahumara”, dijo. Ambos se habían adentrado tanto a esta comunidad, que ya hablaban el dialecto con fluidez.

“Estamos con mucha tristeza y mucha indignación. Son los sentimientos que se nos mueve, aunque también desde la óptica evangélica sabemos que se llega a un momento de gracia cuando entregas la vida… es doloroso que se vivan estas situaciones. La indignación nuestra, es que suceda dentro de una iglesia y que se lleven los cuerpos”, dijo.

El sacerdote lamentó el grado de violencia en que está sumido gran parte del territorio nacional.

 
 

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