Por: Grupo Zócalo
Ciudad de México.- El informe señala que existe una asociación entre el piloto iraní y la Fuerza Quds, ya que Gholamreza Ghasemi es CEO y miembro del Consejo de Administración de Fars Air Qeshm, aerolínea señalada por EU de transportar armas para el grupo paramilitar libanés Hezbolá y también considerado grupo terrorista.
El incidente, que ha destapado un escándalo internacional, involucra a México, ya que el avión realizó una escala en la ciudad de Querétaro y las autoridades nacionales no realizaron ninguna investigación pertinente para determinar su misión ni investigaron a la tripulación que constaba de cinco iraníes y 14 venezolanos.
Mientras autoridades aéreas de Paraguay y Uruguay negaron la entrada de la aeronave con bandera venezolana para el suministro de gasolina, México permitió su ingreso para cargar autopartes, pese a que la Secretaría de Comunicaciones, Infraestructura y Transportes no otorgó permisos para el servicio de carga de la aerolínea Emtrasur, ni la Secretaría de Economía autorizó su operación como empresa extranjera, además de no contar con una inscripción al Registro Público de Comercio de la Ciudad de México, según la revista Forbes.
El gobierno federal mexicano ha guardado silencio respecto a la escala de la aerolínea venezolana, sin embargo las autoridades de Querétaro han caído en una serie de declaraciones contradictorias. El gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri González, afirmó anteriormente que el vuelo salió de la ciudad sin carga y que no hubo un registro de la tripulación ya que solo hicieron escala en el aeropuerto.
Sin embargo el secretario de Desarrollo Sustentable del estado, Marco Antonio del Petre, confirmó a medios internacionales que el avión sí salió con una carga de autopartes y se dirigió a Venezuela, y pese a tener una serie de contratiempos con la documentación logró salir sin un registro de irregularidades.
En entrevista para el diario argentino La Nación, del Prete aseguró que en su estancia en México no existía ninguna alerta vigente sobre el avión, ni la tripulación, ni la carga, por lo que no existió sospecha de que pudieran viajar en el vuelo el presunto grupo de terroristas.
Anteriormente, El Sol de México informó que la Fiscalía General de la República (FGR) no investiga casos de terrorismo internacional desde 2001. Según el Instituto Nacional de Migración (INM) indicó que tan solo entre 2015 y 2018 intentaron ingresar al país al menos 19 personas con presuntos nexos con el terrorismo, pero la FGR no abrió ninguna carpeta de investigación. En el reporte del INM se informó que los extranjeros detenidos eran originarios de Yemen, Somalia, Pakistán, Bangladesh, Etiopía y Centroamérica.
Para Argentina, el tema del terrorismo es un asunto delicado, y más cuando están implicados ciudadanos iraníes. El 18 de julio de 1994, 86 personas murieron y 300 resultaron heridas luego de un atentado terrorista en la AMIA, la sede de la comunidad judía en el país. Por esos actos fueron responsabilizados la Guardia Revolucionaria Iraní y la organización terrorista Hezbolá.
En este contexto, el FBI entregó el informe en el que vincula directamente al piloto iraní relacionado Fars Air Qeshm, aerolínea señalada por el Tesoro de los Estados Unidos desde 2019 por su participación directa en la actividad terrorista y la asistencia que proporciona a la Fuerza Quds y a la aerolínea iraní Mahan Air, que han sido señaladas como entidades terroristas”.
Con esta información del FBI dirigida al juez Federico Villena, responsable del juzgado Federal Criminal y Correccional de Lomas de Zamora 1, que lleva una semana investigando los posibles vínculos de la tripulación con el terrorismo internacional, terminó por confirmar que Ghasemi es un terrorista que pertenece a la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán.
El piloto de la empresa venezolana Emtrasur, bajo el control absoluto de Nicolás Maduro, llegó a Buenos Aires en un Boeing modelo 747-300M, con matrícula YV3531. Ese avión partió desde Caracas, hizo escala en Querétaro y aterrizó finalmente en Ezeiza el lunes 6 de junio.
“La Fuerza Quds ha tenido una larga historia apoyando la milicia de Hezbolá, paramilitares, y actividades terroristas, proveyendo liderazgo, financiamiento, armas, inteligencia, y soporte logístico. Las Fuerzas Quds operan un campo de entrenamiento para Hezbollah en el Valle de Bekaa en el Líbano y han reportado entrenamiento para más de tres mil soldados en los cuarteles que tiene la Guardia Revolucionaria en Irán”, asegura el informe, ahora en poder de la justicia argentina.
El dossier del FBI agrega además los aportes económicos que hace el régimen de Teherán para apoyar las operaciones de Hezbollah contra Israel. “Las Fuerza Quds ha entregado entre 100 y 200 millones de dólares al año a Hezbolá y asistió a éste grupo en su rearme violando la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”, sostiene el informe del FBI agregado al expediente.
