Es de suma importancia que las familias hagan un esfuerzo para que los más pequeí±os tengan contacto con la naturaleza y aprendan a conocerla
Por: Grupo ZócaloÂ
Ciudad de México.-Â La vida de los nií±os de ciudad transcurre de manera bastante pautada: dentro deÂ
entornos cerrados como la casa o la escuela, con
 poca o nula actividad física y enÂ
contacto con las nuevas tecnologías, especialmente en el ámbito lúdico o de entretenimiento.
 Es fundamental que contacten con la naturaleza, para que despierte su curiosidad acerca de la misma.
Los nií±os que sí disfrutan de la naturalezaÂ
se sienten mucho más estimulados. Tanto por el hecho de estar en espacios abiertos, como por las mil sensaciones que despiertan los elementos con los que se cruzan. Los olores, las texturas de plantas y animales y hasta de la tierra y las piedras, son muy importantes para aprender y valorar a la naturaleza.

Es imposible lograr que los nií±os valoren la naturaleza y
 de mayores sepan cuidarla y protegerla, si cuando son pequeí±os no aprenden a conocerla y a disfrutarla. En lasÂ
etapas en las que están conociéndolo todo, les resulta muy útil comprender cómo crece una planta, por qué una ardilla recoge y guarda frutos secos o qué es la lluvia.
Términos comoÂ
medio ambiente, hábitat, ecología, monte, fauna o flora no solo deben ser enseí±ados de forma teórica. Llevarlos al parque y ayudarles a descubrir el mundo que vive en un parterre de flores o en un árbol es un método muy eficaz, para la fijación de conocimientos y un excelente estímulo de la curiosidad, que los lleva a querer saber más.
Experiencias de primera mano
Para un nií±o el poderÂ
trepar a los árboles, estudiar y perseguir insectos, correr al aire libre respirando el aire puro u oler las plantas y flores es una manera de adquirir conocimientos. Y al estar asociados a sensaciones gratas como alegría, libertad y felicidad se grabarán en su memoria, de forma casi indeleble. Es una manera eficaz de establecer un importante nexo entre los nií±os y la Naturaleza.
El aprendizaje debe estar precedido por unaÂ
fuerte motivación. Por ello estar en contacto con la naturaleza en estado puro es uno de los mejores estimulantes para los nií±os. De esta manera,Â
tanto su curiosidad como el deseo de explorar y conocer, los hacen experimentar situaciones agradables, sorprendentes y siempre cambiantes. Y ninguna de ellas se parecen a aquellas formas más estáticas de aprender.
Trastorno por déficit de Naturaleza
Los expertos sostienen que, muchos nií±os padecen el llamadoÂ
Trastorno por Déficit de Naturaleza. Así se denomina a la carencia que tienen los pequeí±os, de conocimientos y contacto con el medio natural. Cuando la vida cotidiana familiar transcurre alejada de espacios abiertos, de plantas y de animales silvestres, puede darse esta patología.
También tiene mucho que ver con este problema, el hecho de que los nií±os que no han sido estimulados para apreciar las ventajas de aprendizaje que implica el contacto con la naturaleza, pueden llegar a considerar que los datos y experiencias que les dan las nuevas tecnologías, los libros o la TV, son más válidas que la experiencia directa.
La gran mayoría de losÂ
nií±os que viven en entornos urbanos tiene horarios fijos de actividades planificadas. Y estas se llevan a cabo dentro de espacios cerrados, al igual que los momentos de esparcimiento. El Trastorno de Déficit de la Naturaleza viene acompaí±ado deÂ
estrés, obesidad, fatiga, hiperactividad y/o falta de concentración.
La sobreprotección que padecen muchos nií±os, para prevenir que puedan enfermar o sufrir ningún daí±o impide que toquen cosas sucias, que los pueda rozar un bicho o que se mojen y cojan frío. Pero eso les aleja del mundo real y del contacto con la naturaleza. Y a la vez, en muchos casos
 impide el normal desarrollo de su sistema inmunitario.
Fuente:Â Ecoticias