En la adolescencia, Salvador Ramos se aisló: comenzó a vestirse de negro, delinearse los ojos y recluirse en los videojuegos de disparos y guerra
Por: Grupo ZócaloÂ
Texas.-Â Salvador Ramos, de 18 aí±os, fueÂ
asesinado por la policía luego de que desatara un
 fatal tiroteo en una escuela primaria deÂ
Uvalde, enÂ
Texas,Â
Estados Unidos. La masacre en laÂ
Robb Elementary School cobró la vida de
 19 pequeí±os estudiantes de cuarto grado y susÂ
dos profesoras, Irma y Eva.
Nadie sabrá qué motivó al joven a abrir fuego indiscriminadamente en contra de los nií±os de las docentes, sin embargo, sus publicaciones en redes sociales dan muestra de su
afición por las armas largas, sobre todo los rifles de alto impacto, como el que se regaló en su cumpleaí±os y con el cual cometió elÂ
atroz crimen este 24 de mayo.
https://twitter.com/tramrsec/status/1529219029390749697?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1529219029390749697%7Ctwgr%5E%7Ctwcon%5Es1_c10&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.zocalo.com.mx%2Fen-la-mente-del-autor-de-la-masacre-de-texas-victima-de-bullying-se-autolesionaba-y-tenia-una-familia-disfuncional%2F
¿Quién era el tirador de Texas?
Salvador tenía 18 aí±os y eraÂ
originario de Dakota del Norte, aunque se informó estudióÂ la secundaria en Uvalde, un pueblo a 136 kilómetros de San Antonio, Texas, cuya
 población en su mayoría de es hispana. íl mismo podría también ser considerado latino, puesÂ
su familia sería originaria de El Salvador, según informó MSNBC.
Creció en un hogar disfuncional, pues se sabe queÂ
su madre es adicta a las drogas. En Texas vivían con la abuela del joven, así como con la pareja de su mamá, pero los vecinos afirman queÂ
en esa casa siempre se escuchaban peleas y gritos. Incluso días antes de la masacre, se sabe que la abuela estaba tratando de sacar a su hija de la vivienda.
Quienes lo conocieron, relataron en varias entrevistas a medios de comunicación que Salvador siempre fueÂ
un chico humilde, callado, tímido y extrovertido, sin embargo, constantemente eraÂ
molestado por su compaí±eros de clase porque
 tartamudeaba y continuamente ceceaba (es decir, que pronunciaba la letra s con un sonido similar al que corresponde a la letra z), pero sobre todoÂ
porque era pobre.
Luego vino la adolescencia, y con ella las
 autolesiones, la violencia y el bullying en mayor grado:
âTenía cicatrices en la cara y alguien le preguntó â¿estás bien?â y él solo dijo con una sonrisa âlo hice yo mismo, me gustó cómo se veíaââ, relató un conocido a Good Morning America.
Entonces, antes de terminar la secundariaÂ
comenzó a vestirse de negro y nunca dejaba sus botas militares. Incluso el martes, cuando perpetró la masacre, las autoridades locales dijeron queÂ
portaba un chaleco antibalas. Las burlas por su forma de vestir eran constantes, sobre todo cuando empezó aÂ
delinearse los ojos, pues inclusoÂ
le decían emo y le lanzabanÂ
ofensas homofóbicas.
Amaba los videojuegos de disparos
Se dice que Salvador cambió cuando su mejor amigo de la infancia, Stephen García, se mudó lejos. Entonces
comenzó a aislarse y a refugiarse en los videojuegos, explicó al Post el chico, versión que fue confirmada por otro amigo, Jeremiah Muí±oz, con quien solía intercambiar mensajes víaÂ
Xbox.
âA menudo lo escuchaba discutir con su madre a través del micrófono, y su madre le respondía gritando que necesitaba ir a la escuela porque no estaba haciendo nada de su vidaâ, explicó al New York Times.
SalvadorÂ
amaba Call of Duty, unÂ
videojuego de disparos en primera persona -de estilo bélico- desarrollado y distribuido por Activision que se desarrolla en
 diferentes escenarios de guerra, algunos de ellos históricos, como la Guerra Fría o la Segunda Guerra Mundial.
Esa afición porÂ
las armas la trasladó a la vida real, pues en algún momento dijo que
 quería ingresar a las Fuerzas Armadas únicamente para matar personas. Y despuésÂ
comenzó a comprar armas con el poco dinero que ganaba trabajando en el restaurante de hamburguesasÂ
Wendyâs donde, por cierto, sus compaí±eros dijeron que a veces se comportaba violento.
Salvador Ramos solíaÂ
presumir sus armas en redes sociales y solía etiquetar a sus contactos en las fotografías. Una de ellas era unaÂ
chica de Los íngeles, California, a la que no conocía físicamente pero a quien
 dio indicios (poco claros) de que estabaÂ
a punto de cometer una masacre.
Luego, la chica supo que âsu amigoâ había disparado a su propia abuela tras discutir con ella (la mujer sobrevivió al ataque) y que después había irrumpido en una primaria, matando a 19 nií±os y dos profesoras.
Información por El Heraldo de México