
Las tortugas golfinas también sortean la sequía, la elevación de temperatura de la arena, los huracanes, la marea alta; activistas de Costa Salvaje monitorean para buscarles alternativas de supervivencia.
En momentos en que la humanidad se anota un fracaso por la falta de acuerdos clave en la COP26 para asegurar el futuro del planeta, el cambio climático golpea a dos de las playas de anidación masiva más importantes a nivel mundial de tortuga golfina. En La Escobilla y Morro Ayuta, al sureste del estado de Oaxaca, las alteraciones en los patrones de lluvia, la elevación de la temperatura en la arena y la proliferación de un escarabajo que se alimenta de materia orgánica, incrementa la mortandad de embriones y crías de esta especie marina en peligro de extinción.
"Ya no llueve como antes, cada vez es menos el agua que cae y los nidos se están calentando; cuando hace mucho calor la nidada se truena definitivamente", alertó Jesús Luna, integrante del campamento Tortuguero Boca Barra.
En contraste, los huracanes o mareas altas, que cada vez son más potentes por efectos del calentamiento global, generan exceso de humedad en los nidos que vuelve inviables los huevos de la tortuga.
A decir de quienes se dedican a la conservación de la tortuga golfina, las lluvias ayudan a regular la temperatura de los nidos en la arena, donde las hembras depositan sus huevos a 40 centímetros de profundidad para ser incubados durante 45 días.
La bióloga Teresa Luna, encargada del campamento Tortuguero Morro Ayuta por parte de la Comisión Nacional de íreas Naturales Protegidas (Conanp), reconoció que es muy común observar la muerte de embriones por efectos de las temperaturas extremas.
Dada la importancia de este factor ambiental, el gerente de Conservación de Costa Salvaje en Oaxaca, Luis Rojas, dio a conocer que su equipo realiza un monitoreo permanente de las nidadas con el fin de buscar alternativas de supervivencia para la tortuga golfina.
"El nido no puede subir de 35 grados ni bajar a menos de 25 grados centígrados, debe estar dentro de ese rango, para que se puedan producir tanto machos como hembras", explicó.
Un estudio del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California (Cicese) establece que el ambiente térmico del nido de la tortuga golfina es vital para un exitoso desarrollo embrionario, ya que al acercarse a los límites entre 24 y 34 grados centígrados, la mortalidad incrementa, mientras que las temperaturas superiores a 35 grados se consideran letales para los embriones.
Erika Peralta, encargada del Santuario Playa La Escobilla, seí±aló que además el calor en la incubación puede causar un desequilibrio en el nacimiento de machos y hembras porque la temperatura define el sexo de las tortugas, como ocurre con los cocodrilos.
"Temperaturas elevadas producen más hembras y temperaturas bajas producen más machos, y esto puede significar en algún momento una diferencia marcada en la población mundial de la tortuga golfina", advirtió.
Una investigación de la Estación Biológica de Doí±ana, en Espaí±a, indica que a pesar de que el calor beneficia la reproducción de hembras que se pueden aparear con los machos, lo que podría considerarse una ventaja para la viabilidad de la tortuga marina, esto se desvanece cuando nacen crías más pequeí±as, lentas y débiles que sucumben ante los depredadores naturales.
"El nivel de depredación por parte de los cangrejos fantasma, por ejemplo, incrementó en las crías nacidas de nidos más cálidos. Eran más pequeí±as, débiles y lentas, lo que aumentó su tiempo de exposición y su riesgo de ser atrapadas durante su trayecto hacia el mar", precisa.

Las temperaturas extremas y la plaga de escarabajos son algunas razones por cuales los embriones no logran desarrollarse.